Hungría pelea con la recesión económica y con una inflación galopante, que cerró 2023 en el 17,6% y alcanzó en el primer trimestre del año pasado el 25%. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán , se vuelve ahora contra el jefe del Banco Nacional, György Matolcsy , al frente del florín húngaro desde 2013, y busca soluciones con una reestructuración de gobierno. Matolcsy se había distanciado recientemente de la política económica de Orbán, afirmando que «desde 2021, lo que el gobierno está haciendo con la economía ha ido por el camino equivocado».El puesto de jefe del banco central «desafortunadamente quedará vacante el 1 de marzo», ha anunciado ahora Orbán en Facebook. Mihaly Varga es considerado el favorito para suceder al antiguo aliado Matolcsy como jefe del banco central, mientras que el ministro de Economía y ex banquero central, Márton Nagy , podría asumir la responsabilidad de las finanzas públicas en un Ministerio de Economía y Finanzas del Estado, que hasta ahora pesaba sobre los hombros de Varga. Orbán desvía la atención con este anuncio de varios asuntos que vuelven por momentos la opinión pública en su contra. En primer lugar, el medio independiente \'atlatszo.hu\' ha desvelado que varios ministros húngaros han disfrutado de unas vacaciones en el yate de un oligarca que se está enriqueciendo aún más con jugosos contratos gubernamentales.Noticia Relacionada estandar Si Orbán retira la protección a miles de refugiados ucranianos, que se quedarán en la calle Rosalía Sánchez | Corresponsal en Berlín «Estamos en una situación desesperada porque no tenemos adónde ir», lamenta Marina Amit, madre de cinco hijos, que huyó a Hungría el año pasado La recién creada autoridad para monitorear medios de comunicación en Hungría ha abierto una investigación, alegando que el medio está financiado en parte desde el extranjero y puede poner en peligro la independencia de Hungría, pero el escándalo se ha apoderado de la agenda política. Además, el Tribunal de Justicia de la UE ha impuesto a Hungría una multa de 200 millones de euros, así como pagos diarios de un millón de euros, por negarse a cumplir decisiones judiciales relacionadas con las normas para la recepción de inmigrantes. La sentencia explica que la violación por parte de Budapest de las leyes de asilo de la UE se refiere a la restricción del acceso al procedimiento de protección internacional y la detención ilegal de solicitantes de seguridad internacional en zonas de tránsito.También el Tribunal condena el incumplimiento del derecho del desplazado a permanecer en territorio húngaro en espera de una decisión final, la determinación sobre su recurso contra la denegación de su solicitud, así como la expulsión de nacionales de terceros países en situación irregular. Precisamente los conflictos entre Budapest y Bruselas están sacudiendo los planes de Viktor Orbán para reflotar la economía y están presionando el florín a la baja. La intención del primer ministro es colgar el fracaso del cuello de Matolcsy y aplicar un plan económico para 2025 que ha bautizado como «presupuesto de paz».Orbán espera un crecimiento económico del 3% al 5% el próximo año. Se están llevando a cabo negociaciones salariales y calcula que los empleados pueden acordar un aumento significativo del salario mínimo durante varios años. Los aumentos salariales de los docentes duplicarán por ejemplo la desgravación fiscal por los niños, cuyos detalles fueron elaborados por Balázs Hankó , ministro de Cultura e Innovación, además de un plan de ayuda a los pequeños y medianos empresarios.Según Orbán, todo esto sólo podrá lograrse si existe una «gestión económica coordinada». Si no se puede cumplir el plan presupuestario, la culpa será de György Matolcsy , ha sugerido. «Cuanto más escuchamos al presidente del Banco Central, más sentimos que vamos en la dirección opuesta», ha explicado su decisión el primer ministro húngaro, que identifica que «necesitamos un Erhard, que era György Matolcsy hasta que asumió el cargo de gobernador del Banco Central, que sea ahora el máximo ministro de Economía quien controle simultáneamente los instrumentos económicos y presupuestarios y que pueda dirigir este programa de acción». El mensaje que está enviando a los mercados es que él puede transformar el gobierno, con un nuevo ministerio superior, encabezado por Márton Nagy y Mihály Varga en sustitución de György Matolcsy.Orbán se queja de que 12.000 millones de euros de los fondos de la UE están disponibles, «pero debido a la lentitud de la burocracia húngara todavía no hemos podido utilizarlos» y arremete contra la oposición de Péter Magyar . Ya no basta con señalar a «la vieja oposición», ha dicho, sino que el partido Fidesz debe ganar los debates políticos si quiere tener éxito en las elecciones de 2026.A puerta cerrada con su partido, ha mantenido que Tisza, el principal de la oposición, «cambia todo el campo de batalla político interno» húngaro.Hasta ahora, la abrumadora superioridad del Fidesz entre los votantes en comparación con los otros partidos era evidente, pero tras el éxito electoral de Péter Magyar esto ya no es válido y Fidesz se está viendo obligado a participar en debates políticos que desearía evitar. El director de Fidesz, Gábor Kubatov , ha advertido a sus simpatizantes en un evento en Balatongyörek que las elecciones de 2026 «traerán un resultado sorprendentemente igualado». Un tercio de sus representantes serán reemplazados en 2026 porque, según la dirección del partido, no obtuvieron buenos resultados en sus distritos electorales el pasado 9 de junio.