Cuando la Ley 24.195 se pone en vigencia, quienes formamos parte de las escuelas ENET, como parte comprometida de la Enseñanza Técnica manifestábamos que a la Ley Federal adolecía de una atención especial para esta Modalidad de la Educación, pero el esquema político imperante del menemismo tenia para nuestro país un proyecto donde la Educación Técnica no podía insertarse pues se comenzaba a destruir su aparato productivo, el cual había sido sustentado, valga paradoja, en este modelo de educación.
La docencia técnica en general, no aceptó este cambio, que tendía a la disolución de las escuelas Técnicas, Agrotécnicas, Centros de Formación Profesional y Misiones Monotécnicas, como ocurrió en muchas provincias. Desde las mismas escuelas se generaron las ideas que permitieron resistir y permanecer dentro de los modelos de enseñanza que continuaron brindando, por ejemplo en nuestra Corrientes, las enseñanzas específicas de cada carrera, manteniendo el alcance de los títulos y los conocimientos técnicos necesarios para la formación de los egresados.
De ese trabajo surgieron cambios curriculares, que lejos de comprometer la enseñanza de los alumnos como futuros técnicos medios, les brindaron saberes complementarios que enriquecieron sus aprendizajes y les posibilitaron adquirir basamentos más sólidos para el enfrentamiento que los técnicos debían realizar en un país, y por lógica, en una provincia donde producir no tenía ni tiene futuro.
Fueron varios años de lucha y resistencia, peleándola por permanecer y no dejar de ser. Llega el año 2005 en que con alegría y satisfacción asistimos al resurgir de la educación Técnico Profesional con la sanción de su propia Ley, la 26.058 que permitió recuperar la esencia y la identidad de la Educación Técnica, Agrotécnica y Formación Profesional y a partir de ellas afianzarla en Corrientes y recuperarla en los lugares donde había dejado de existir como tal.
.La docencia técnica consecuentes con la responsabilidad asumida y teniendo en cuenta las alternativas de las posibilidades que le brinda la Ley Nacional Técnico Profesional, sumó a la infraestructura existente, equipamiento tecnológico producto del reequipamiento previsto (CAPÍTULO II, Art. 31º) y ha generado los técnicos y los operarios calificados que hoy pueblan la provincia y el país.
Mucho se ha avanzado desde esta Modalidad de la Educación, en donde un proyecto de gobierno permitió reencauzar la producción industrial del país y los técnicos volvieron a tener lugar donde desarrollarse y trabajar, a la vez que continuar estudios superiores para su mejorar su calidad de vida, porque existía un proyecto de país que se los permitia.
Hoy asistimos azorados, al ver que nuevamente, como con el menemismo, se avanza sin medidas ni consecuencias, en desindustrializar la Argentina, y ahora junto a eso se pretende, como ayer con el CONET, avanzar y desguazar el INET, quitándole funciones esenciales como lo es el Registro de Instituciones educativas, y la facultad de Homologación de Títulos, pretendiendo pasarlo a manos privas, en una privatización para nada encubierta.
“De concretarse esta nueva iniciativa privatizadora de Bullrich, las escuelas técnicas, en lugar de enseñar a pensar, a discernir, a apropiarse críticamente de las herramientas científico técnicas, pasarán a formar mano de obra barata para las empresas. La educación, contrario a lo que plantea este gobierno, no está para resolver la demanda de un sector, sino para formar en función de un proyecto de país y de las necesidades del conjunto, con el agravante de querer pasar parte de los recursos con que se dota de equipamiento a los establecimientos al sector privado. También hubo indicios del desguace en el presupuesto 2017, en el que el organismo recibirá un recorte de más de 900 millones de pesos, dejándolo por debajo del 0,2 por ciento establecido por ley.
Al igual que el menemismo, se avanza sobre el articulado de una Ley con un decreto, desconociendo impunemente la orden de prelación, y como ayer se hace en un marco neoliberal que no respeta nada y donde todo se permite en función de Estado abandonico, un Congreso complaciente y una sociedad que dormida por medios dominantes no toma conciencia del desbarajuste en que nos someten. HOY NUEVAMENTE SE PRETENDE AVASSALLAR LA EDUCACIÓN TÉCNICA, y lamentablemente quienes deberían defenderla se callan por conveniencia o lo mas grave POR COMPLACENCIA.
Nuevamente, pero sin los que estuvimos ayer al pie de la resistencia, los docentes técnicos deberán hacer el trabajo de reclamar y cuidando sus puestos de trabajo, en peligro de perderlo, porque están solos en esta lucha.
Por Francisco Antonio Bojorque