En los pasillos se escuchan voces que, otra vez, la piedra del escándalo pasaría por la ambición desmedida del nepotismo. Pocos quieren todo, siempre dentro de un círculo que como toda secta, es nefasto. "Uno para vos, tres para mí".
Las culpas no habría que achacarlas a los interventores pues ellos recibirían órdenes, obediencia debida dentro del verticalismo que se impone desde quien maneja "la birome". Quien de última; en una decisión salomónica parecería haber resuelto que los compañeros arreglen sus calchas, busquen el necesario consenso y de no lograrlo otra vez aparecerá el dedo salvador.
Esta escena en la gran novela de nuestro partido, ya lo vivimos y sufrimos en marzo del año 2.019, mismas elecciones internas para cargos partidarios y electivos, suspendidas durante CINCO años. ¿Por qué no terminaría con el mismo destino?, si cada vez que se repiten iguales acciones con los mismos actores terminan generalmente con el mismo resultado.
La degradación de la buena política a la luz de los hechos. La democracia interna, una vez más bastardeada. Se impone sin dudas, una intervención judicial, sin más trámite, para que el año 2.027 nos encuentre unidos en serio, libres de la cizaña viciosa que pudre la siembra; pues el año 2.025 en el ámbito político -con logros favorables- parece que ya lo tenemos perdido. Creo, me parece.
Eduardo Héctor Quiroz