Cuba y el cambio climático, los temas esperados.
Los legisladores aseguraron que harán una pausa en las disputas que los dividen y decenas de miles de espectadores lo verán desde el jardín oeste del Capitolio.
Después de verse rodeado de entusiastas multitudes en todo Washington, el papa Francisco llevará este jueves al Capitolio su mensaje de humildad y esperanza, y se convertirá en el primer pontífice de la historia que interviene ante el pleno del Congreso.
Legisladores de todas las corrientes políticas y religiosas indicaron que harían una pausa en las disputas y la disfunción que suele dividirlos para escucharlo. Decenas de miles de espectadores seguirán su discurso desde el jardín oeste del Capitolio y muchos más por televisión en todo el mundo, mientras el Papa se dirige a una cámara llena de jueces del Tribunal Supremo, miembros del gabinete, diplomáticos, legisladores y sus invitados.
Después de que el sargento de armas lo anuncie exclamando: "El señor orador, el papa de la Santa Sede", Francisco entrará en la cámara y subirá al estrado en el que el presidente ofrece su discurso anual sobre el Estado de la Nación, y monarcas y jefes de Estado se dirigirán al Congreso. A su espalda se sentarán el vicepresidente, Joe Biden, y el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, primero y segundo en línea a la presidencia y ambos católicos.
Antes de las declaraciones de Francisco, legisladores de ambos partidos se han esforzado por buscar una ventaja política desde sus posturas. Los demócratas se han lanzado con especial entrega a señalar el apoyo del Papa para que se reformen las leyes migratorias y en la lucha contra el cambio climático y la desigualdad de ingresos. Un representante republicano anunció sus planes de boicotear el discurso por la postura activista de Francisco sobre el cambio climático, que el Pontífice subrayó el miércoles en un acto con el presidente, Barack Obama.
Pero Boehner, republicano y ex monaguillo y que invitó sin éxito a los dos pontífices anteriores a hablar ante el Capitolio, ha restado importancia al temor de que Francisco, comprometido a nivel político, agite las controversias del momento en la cámara.
"El Papa trasciende de todo esto", dijo Boehner. "Se dirige a nuestro mejor lado y nos devuelve a nuestras obligaciones cotidianas. Lo mejor que podemos hacer todos es escuchar, abrir nuestros corazones a su mensaje y reflexionar sobre su ejemplo".
Francisco llega en un momento especialmente movido para el Congreso y para Boehner, ante la perspectiva de un cierre parcial del Gobierno la semana que viene, a menos que los legisladores puedan resolver una disputa sobre el financiamiento de Planned Parenthood relacionada con las prácticas del organismo al proporcionar tejido fetal para investigaciones. El propio Boehner afronta una revuelta en ciernes de miembros del Tea Party que han amenazado con forzar una votación sobre si mantiene el cargo.
Francisco se mantendrá al margen de estas polémicas, aunque su opinión sobre el aborto podría reforzar a los republicanos en sus esfuerzos contra Planned Parenthood. Y en cuanto a los miembros del Congreso, su visita podría ser apenas un breve respiro en su guerra partisana que ofrezca momentos de solemnidad y pompa poco habitual, pero sin cambiar de forma fundamental el ritmo del sistema político estadounidense.
En este sentido, hay pocos indicios en el Capitolio de que vayan a tomarse medidas significativas sobre cuestiones de justicia social que interesan a Francisco. Pero el Papa dijo el miércoles que al dirigirse al Congreso confía, como hermano de ese país, "en ofrecer palabras de aliento a aquellos llamados a guiar el futuro político de la nación fieles a sus principios fundacionales".
Francisco tiene unos índices de aprobación que podría envidiar cualquier político estadounidense, y ha remodelado por sí sólo la imagen de la Iglesia católica hacia la apertura y la compasión sin cambiar la doctrina fundamental de la Iglesia. Puede que el jueves, cuando se dirija a una cámara llena de cargos electos, él sea el político más hábil de la sala.
Tras su intervención, Francisco visitará el Salón Estatuario del Capitolio y su escultura del padre Junípero Serra, el misionero del siglo XVIII al que Francisco canonizó el miércoles en la primera ceremonia de esta clase realizada en suelo estadounidense. Después saldrá un momento al balcón del Capitolio para saludar a la multitud en la fachada oeste.
Desde allí se dirigirá a la iglesia de San Patricio y a visitar organizaciones benéficas de la arquiócesis de Washington, para luego poner rumbo a Nueva York, donde ofrecerá más servicios religiosos y un discurso ante la Naciones Unidas. (Infobae)