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Panorama semanal: Capitanich posicionó al candidato de ultraderecha

El sargento Gustavo Olivello admitió que quiere ser candidato a diputado provincial en las elecciones del 2021. Lo hizo horas después de encabezar la represión al movimiento Barrios de Pie que intentó movilizarse en favor del proyecto de ley de “impuesto a los ricos”, como se hizo conocido popularmente. El fuerte operativo del subsecretario del gobernador Jorge Capitanich empinó aún más el malestar dentro del Frente Chaqueño con el funcionario más polémico del Gabinete provincial.

Básicamente, la tarea que lleva adelante el subsecretario de Prevención y Seguridad en Abordaje Territorial se ha limitado a reprimir cualquier manifestación que convoquen los movimientos sociales. Es demasiado evidente, por ejemplo, que no ha hecho lo mismo con manifestaciones de movimientos anticuarentena que marchen contra el gobierno de Alberto Fernández. Algo que tiene lógica en un funcionario que no oculta su simpatía por la presidente del PRO, Patricia Bullrich, pero que enciende números interrogantes cuando se toma nota de que se trata del Gobierno de Capitanich.

Capitanich ha preferido silenciarse antes que tratar públicamente este tema. También lo hace la vicegobernadora Amalia Rach. Otro de los que también se mantienen en silencio es el ministro de Gobierno, Juan Manuel Chapo, de quien depende orgánicamente el subsecretario Olivello.

Hizo ruido esta semana que Chaco renunciara a un cargo de segundo orden en el Consejo de la Magistratura, el órgano encargado de designar jueces y en donde representa al Poder Ejecutivo.

También la oposición se ha mantenido en silencio la oposición radical/PRO en la Legislatura. En el marco de ese silencio el subsecretario Olivello se mueve con enorme discreción. En su última movilización enfrentó en un cara a cara al ex diputado Carlos Martínez. El ex legislador, ex integrante de la alianza Frente Chaco Merece Más, le espetó al subsecretario la cuestión más punzante. “No le reconozco jurisdicción” para ordenarle que disperse la concentración, le dijo.

Olivello le respondió a fuerza de bastones, gases y agua. Desde los hechos demostró que es el que manda y que se hace lo que él dice. Al otro día en su medio de comunicación el sargento transmitió un vivo para llamar a la gente a que salga a manifestarse en su favor. Concretamente es una apología a la acción que él mismo reprime.

Pero además, se preocupó en señalar que Martínez tiene una causa abierta en la Justicia en la que se investiga una presunta extorsión a miembros de su movimiento. Raro que el subsecretario acuda a ventilar esos hechos cuando él mismo considera que no son antecedentes las denuncias y causas que lo involucran en relación con presuntos casos de apremios. Está mal, pero no está tan mal, opinaría Guido Kaczka.

El accionar del subsecretario se ha transformado, intencionalmente o no, en el lanzamiento de su campaña a la Legislatura. Olivello ya ha reconocido sus aspiraciones, y no parece que el Frente Chaqueño sea el lugar en el que se sienta más cómodo. De hecho, hubo diputados Gladis Cristaldo, Teresa Cubells y Rodolfo Schwartz, los tres que no forman parte del peronismo, se movilizaron al día siguiente de la represión. En esta nueva manifestación el conjunto fue lo suficientemente importante como para que contener las ansias represivas del subsecretario de Prevención y Seguridad en Abordaje Territorial.

Es evidente que en sus manos la ley y el derecho se moldean de acuerdo a un humor cambiante.

Pero es también comprensible que el silencio del sector del PJ en el oficialismo parlamentario que encabezan Hugo Ságer y Juan Manuel Pedrini, el de la oposición radical/PRO es suficiente para evitar que el ministro de Gobierno, Chapo sea convocado a una interpelación.

A esta altura la convocatoria del ministro a la Legislatura serviría para conocer en qué parte de las políticas oficiales del Gobierno de Jorge Capitanich encuadra el accionar del subsecretario.

El peronismo no puede dar marcha atrás, sino quiere eyectar con eso a Olivello y conseguirse anticipadamente un opositor. El radicalismo y el PRO interpretan exactamente lo mismo. Más tarde o más temprano el subsecretario se lanzará de lleno a la arena política, mientras está quedándose con el discurso libertario y de ultra derecha, pese a que siempre fue un empleado público.

Sabe que varios partidos políticos estarán esperando para disputárselo. Y no faltará el ofrecimiento de sellos que habitualmente hace el Nacionalismo Constitucional vernáculo -hoy aliado de Gustavo Martínez en Resistencia- o el de Ciudadanos a Gobernar, nombre que le calza como anillo al dedo a esta aventura política en ciernes.

Sólo falta que el futuro candidato tome la decisión de abandonar el barco, aunque por el momento lo que está ausente es la excusa precisa, algo que parece divisarse a una distancia no tan considerable. El día que Capitanich le pida una mínima explicación. El hábil manejo de sus audios en vivo y las redes sociales harán el resto.

De todas maneras, parece bastante obvio que la primera incursión del sargento en la política tendrá que ser en soledad. En una alianza con la oposición, en este turno electoral, cualquier resultado conjunto tenderá a diluir su propio capital político. El radicalismo lo aprendió por las malas en sus alianzas con partidos políticos que aportan pocos votos -lo insuficientes para ganar elecciones-.

Después del 2021 todo estará para conversarse. Lo que está claro es que la campaña ya empezó y en una acción que abre ciertos interrogantes sobre la lucidez política del primer mandatario, hay un candidato que ya está instalado.

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