La villa turística ubicada a 45 kilómetros de la capital provincial sucumbe ante la falta de servicios básicos: energía y agua potable. “Estamos perdiendo nuestra principal fuente de ingreso que es el turismo”, se quejan los comerciantes.

Sobre esa línea expresaron un reclamo de años. “Hay una falta de inversión por parte del Gobierno provincial y tenemos la comisión vecinal de saneamiento intervenida hace 27 años. Pero los problemas cada vez son más graves”, dijeron.

Si bien se está trabajando en algunas obras hay una cuestión medular al drama del agua. Un 50% de la población carece de acceso a agua por red y es justamente la población que brinda servicio al turismo.

“Alquilamos las casas, pero cuando llega la gente se quejan porque no tienen agua y piden anular el alquiler. Así es todo el tiempo. Por eso es un daño muy grande el que nos ocasiona”, remarcaron comerciantes.