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Perugorría: La menor de 15 años confesó que estuvo con el novio y no fue violada ni raptada

Crédito: 21439

La causa de presunto abuso sexual contra una chica de 15 años en Perugorría, tuvo un giro inesperado debido a que la denuncia original indicaba que fue dopada, raptada y violada. La menor, se quebró ayer en su declaración ante cámara Gesell donde confesó que nunca fue raptada y que en todo momento estuvo con su novio de 23 años.

 

Según el ministro de Seguridad, Horacio Ortega, la adolescente hizo una declaración y apuntó contra esta persona. Sin embargo, sostienen que no hubo violación y se trató de una relación consentida.

 

De­bi­do a la edad de la jo­ven­ci­ta el ca­so po­si­ble­men­te po­dría pa­sar de una su­pues­ta “pri­va­ción ile­gí­ti­ma de la li­ber­tad y abu­so se­xual con ac­ce­so car­nal” a un “su­pues­to abu­so se­xual sim­ple”, ya que el adul­to pu­do (a­ún a pe­sar del con­sen­ti­mien­to de la me­nor) ha­ber­se apro­ve­cha­do de la in­ma­du­rez o fal­ta de ex­pe­rien­cia de quien en es­ta his­to­ria apa­re­ce co­mo víc­ti­ma.



To­do co­men­zó en el ano­che­cer del miér­co­les. La mu­cha­cha (quien vi­ve con una tía al es­tar huér­fa­na de pa­dres) di­jo ser víc­ti­ma de un de­lin­cuen­te, al que no re­co­no­ció co­mo ha­bi­tan­te de ese po­bla­do dis­tan­te unos 230 ki­ló­me­tros al Sur de la ca­pi­tal co­rren­ti­na.



La chi­ca men­cio­nó en su ver­sión que un hom­bre en un au­to­mó­vil de co­lor gris la le­van­tó por la fuer­za, la dro­gó y vio­ló, pa­ra lue­go de­jar­la aban­do­na­da en in­me­dia­cio­nes a la ave­ni­da 25 de Ma­yo y la Ru­ta Pro­vin­cial Nú­me­ro 123.



La me­nor ese dí­a, a las 17, de­bía ir a una cla­se de bai­le. Pe­ro fal­tó. En cam­bio, ha­bría ido has­ta una vi­vien­da pa­ra en­con­trar­se con un mu­cha­cho de 24 años, con quien ini­ció una re­la­ción sen­ti­men­tal de la que in­te­gran­tes de su se­no fa­mi­liar des­co­no­cí­an.

 

“Quie­bre”



Ayer, cuan­do la in­for­ma­ción tu­vo un im­pac­to muy gran­de en los me­dios de co­mu­ni­ca­ción, pro­vo­can­do un re­vue­lo ge­ne­ra­li­za­do que alar­mó a pro­pios y ex­tra­ños, la me­nor li­te­ral­men­te tu­vo un “quie­bre emo­cio­nal”. Ad­mi­tió an­te su tía que su tes­ti­mo­nio ini­cial es­ta­ba pla­ga­do de men­ti­ras. Lue­go ma­ni­fes­tó que ella ha­bía ac­ce­di­do a man­te­ner re­la­cio­nes ín­ti­mas con el hom­bre al que ella le gus­ta. Y du­ran­te esa si­tua­ción re­sul­tó las­ti­ma­da.

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