Con un cuarto de hora de intensos fuegos artificiales y cohetes de estruendo, comenzaron ayer las celebraciones por el santo popular en la ciudad de Corrientes. Por la pandemia de covid-19 y los controles policiales para prevenir aglomeraciones, este año no se realizaron las multitudinarias peregrinaciones al santuario del Gauchito Gil, aunque sí abrieron los pequeños altares en los barrios correntinos para recibir visitas de los devotos.
La ciudad de Mercedes, epicentro de la devoción, estuvo blindada. En Capital, los policías se alistaron con los patrullajes. De todos modos, las reuniones fueron íntimas y familiares.