Desde el asesinato de Fernando Báez Sosa, asesinado a golpes y patadas a la salida de un boliche en pleno centro de Villa Gesell, la estructura del rugby comenzó a ser cuestionada y también las costumbres de aquellos que practican el deporte. El excapitán de Los Pumas, Agustín Pichot, se refirió al tema y detalló cómo fue crecer y trabajar en el mundo del rugby.
“Está naturalizada la violencia, se manifiesta de diferentes maneras pero está naturalizada en los bautismos, en las peleas, en las relaciones, en la xenofobia”, explicó en diálogo con FM La Patriada.
En ese sentido agregó: “Era folclórico cagarse a trompadas en el verano. Nos agarrábamos a trompadas en en el boliche en Pinamar y al otro día lo tomamos como normal”.
“El juego en sí es un juego de supremacía, vos te preparas psicológicamente para doblegar al adversario en grupo. Es parte de tu ADN”, añadió.
Además, el exjugador argumentó que por eso es necesario “disociar lo que pasa dentro de una cancha y afuera”.
En relación al asesinato de Báez Sosa, señaló que tanto para él como para el rugby “fue un antes y un después” y que hay que prestar atención que se hace con eso, “qué hacen los clubes para desnaturalizar la violencia”.
“Es y fue un problema y hay que corregirlo”, concluyó.
Por último, habló de su vínculo con Diego Maradona, detalló que "tenía una muy buena relación y estuvo en momentos muy importantes de mi vida" y agregó que respeta "la decisión que tomaron Los Pumas" luego de su fallecimiento .
"Me puede gustar o no. Está bueno que haya grieta, que la gente piense distinto, no me da miedo. Lo que no me gusta es cuando se tergiversan las ideologías a los totalitarismos o a los extremos y en eso el rugby pagó una pelea en la calle que no le correspondía", finalizó.