Sucedió la semana pasada pero trascendió en las últimas horas: una mujer prendió a fuego a un indigente que se encontraba durmiendo en una calle del barrio porteño de Pompeya. Finalmente tras el aberrante hecho el hombre logró salvarse y no sufrió heridas de gravedad.
Las cámaras de seguridad de la zona registraron el momento previo, el ataque y el instante en el que la agresora se escapa. De acuerdo a los registros fílmicos, el hecho ocurrió en la madrugada del domingo 26 de diciembre.
A las 4.43 la mujer se acercó hasta el refugio improvisado con un colchón, frazadas y un carro donde el indigente pasaba sus noches sobre la calle Cobo al 1200. En las imágenes se observa como saca un encendedor, enciende el colchón y huye.
La secuencia en la que el hombre casi pierde la vida dura alrededor de dos minutos. En pocos segundos el fuego se apodera de las telas y avanza sobre el carro donde la víctima tenía sus pertenencias. Pese a que las llamas iban creciendo en intensidad, el hombre siguió durmiendo hasta que se acercó otro a socorrerlo. Recién en ese momento el indigente se dio cuenta de la situación y comenzó a arrojar todo lo que tenía a su alcance al fuego para intentar apagarlo.
No sufrió heridas de gravedad y según reveló un comerciante de la zona, a los pocos días regresó a dormir al lugar del ataque.
Otra cámara de seguridad de la cuadra captó los minutos previos a la brutal agresión en el que se ve a la mujer conversar con un tercero que estaba sentado en una esquina. Segundos después se dirige hacia la “casilla” y da inicio a la aberrante situación. Esa misma cámara vecinal captó el momento en el que minutos antes de la 5 de la mañana la mujer huye del lugar luego de intentar prender fuego al hombre que se encontraba durmiendo en la calle.
Luego de que se dieron a conocer las imágenes, Joni, la víctima, habló esta mañana con los medios de comunicación que fueron hasta el lugar del ataque. “No la conozco a la mujer. Igual ninguna persona merece que le hagan eso”, dijo el hombre, quien vive en la zona junto a su pareja y un perro. “Estaba solo al momento del ataque. Lo repito de nuevo, quiero hacer justicia. Lo que sentí es fue un fantasma. Sólo tengo los pies quemados”, comentó el hombre, quien además señaló que las llamas llegaron a afectar también su cabeza.
Joni dijo que nunca tuvo problemas con ningún vecino y que es la primera vez que le ocurre algo así. Por el fuego perdió el colchón y la ropa que tenía. “Me quedé con lo puesto”, lamentó el hombre, quien dijo que no se dio cuenta del ataque. “Somos huérfanos. No les conviene dar la mano a un pobre”, reflexionó luego de que le consultaran acerca de la situación en la que viven muchas personas en el barrio. “No sé qué puedo pensar. No lo merezco esto. No lo merece nadie”, agregó. Luego de quedarse sin nada de sus pocas pertenencias, dijo que lo que más necesita es ropa y nuevamente un colchón. “Ayer me dieron unas zapatillas”, indicó.
El ataque a Joni tuvo la primera reacción del arco político. El diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires del Frente de Todos, Leandro Santoro, opinó en su cuenta de Twitter sobre el episodio. “La asimilación de la insensibilidad a la fortaleza, la naturalización de la intolerancia y el ultraindividualismo están cambiando nuestra sociedad. El domingo una señora prendió fuego a un indigente q dormía en la calle en el barrio en Pompeya. Debería ser un escándalo, no lo es”, dijo.
Desde el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad dijeron a Infobae que nadie hizo una denuncia sobre el hecho.
En declaraciones a Todo Noticias, Fernando, un comerciante del barrio contó que en la zona de Pompeya duerme mucha gente en las calles y que hizo la denuncia “en la fiscalía correspondiente” sobre el caso ocurrido en la madrugada del 26 de diciembre. “El hombre atacado volvió hace unos días al mismo lugar”, contó.
Otra víctima reciente en La Plata
Un caso similar ocurrió meses atrás en la Ciudad de La Plata cuando un hombre de aproximadamente 50 años identificado como Jorge Duret, que vive frente a la estación de trenes de la capital provincial, fue sorprendido mientras dormía por un sujeto que, sin mediar palabra, roció con alcohol su cuerpo y el colchón donde estaba acostado y lo prendió fuego con un encendedor.
Mientras Jorge se incendiaba, un grupo de vecinos que circulaban por la cuadra y presenciaron en parte el ataque -sobre la calle 1 entre 43 y 44- dieron aviso al 911 y asistieron al hombre para aplacar las llamas junto a personal del Cuartel Central de Bomberos de La Plata.
Gracias a ese llamado, Duret fue trasladado de urgencia en una ambulancia del SAME, con serias quemaduras en sus extremidades y gran parte de su cuello y rostro al Hospital San Martín.
Mientras que personal de la Policía de la provincia de Buenos Aires interceptó y detuvo al agresor, minutos después del ataque, en la localidad de Melchor Romero. Identificado como Damián Marcelo Ibáñez, de 34 años, tenía en su poder una botella de alcohol y dos encendedores.
El caso del “Gordo Bubú”
El barrio porteño de Mataderos fue escenario de uno de los episodios más aberrantes de los últimos tiempos. Ocurrió a comienzos de mayo de 2019, cuando Damián Jorge Calabró -alias “el gordo Bubú”-, ex empleado de una empresa de recolección de basura de San Justo, prendió fuego a dos indigentes que se encontraban durmiendo abajo de la avenida General Paz, en el límite con la localidad bonaerense de Lomas de Mirador. El agresor estaba en compañía de un amigo, quien filmó la secuencia.
Las imágenes son impactantes. De acuerdo con lo que se puede observar, llegaron a bordo de un auto Volkswagen a plena luz del día, rociaron a las víctimas con un líquido inflamable y en cuestión de segundos escaparon en medio de gritos, insultos y risas.
“Pedazo de rastrero, la concha de tu hermana, gil”, dijo uno de los atacantes según se puede escuchar en el video que no supera los 30 segundos y que se viralizó en redes sociales. La difusión del video impulsó a la Policía de la Ciudad a enviar un móvil para intentar encontrar a los damnificados.
Según confirmaron fuentes policiales en ese momento, un testigo, también en situación de calle, declaró que una de las víctimas llegó por sus propios medios a un hospital porteño con quemaduras en el rostro y los brazos. Después de algunos días le dieron el alta pero no volvió al lugar.
Un mes después del ataque el “Gordo Bubú” fue detenido por efectivos de la Brigada de Investigaciones de la Comisaría Comunal 9, que lo encontraron en la casa de un familiar donde se escondía. En aquel entonces, la justicia ordenó su prisión preventiva, aunque en octubre de 2019, Elizabeth Marum y Marcelo Vázquez, camaristas de la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Penal Contravencional y de Faltas le otorgaron el beneficio de la prisión domiciliaria. La acusación que recayó sobre él fue por los delitos de homicidio calificado en grado de tentativa, tentativa de lesiones graves o incendio doloso consumado agravado por el riesgo de muerte.
A su vez, la Justicia rechazó el recurso de apelación que presentó la defensa, donde argumentaban que “los riesgos procesales desaparecieron y que su defendido es el único sostén económico de su familia”, por lo que solicitaron como pauta que Calabró se presente al tribunal o en una comisaría con regularidad. También pidieron que pudiera trabajar, y regresar a su casa, para el cumplimiento del arresto domiciliario.
Desde la Sala I argumentaron que “la CIDH considera como estándar fundamental de aplicación, que siempre que el peligro de fuga o de entorpecimiento de la investigación pueda ser evitado razonablemente mediante la aplicación de una medida menos gravosa para el imputado, el juzgador deberá optar por la aplicación de aquella”.
La investigación, a cargo de la secretaría de la Fiscalía Penal Contravencional N°39, pudo hallar más pruebas sobre el ataque porque tomó nota del auto Volkswagen Gol 1.6 con el que se trasladaron los imputados para quemar a las personas en situación de calle. El vehículo estaba registrado desde el año 2017 con el nombre de Calabró de acuerdo a archivos oficiales.
Conocida la matrícula, los agentes tomaron contacto con Jorge Calabró, el padre del “Gordo Bubú”, en su domicilio de Lomas del Mirador y le pidieron que le indicara dónde estaba alojado el automóvil, quien señaló el garaje donde estaba estacionado. Luego de ubicarlo, el vehículo fue secuestrado y quedó a disposición de la causa.
Calabró estuvo detenido en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza y declaró en la causa, pero no reconoció el hecho en los procedimientos judiciales. Pese a que existe material probatorio que acredita la supuesta responsabilidad de Calabró, la Cámara de Apelaciones entendió que el imputado estaba en condiciones de gozar del beneficio de la prisión domiciliaria.
Para Marum y Vázquez, “se han respetado estos lineamientos ya que se ha decidido la morigeración de la prisión preventiva”, y agregaron que “si bien el imputado debe permanecer en arresto, lo hará desde su hogar, y en compañía de su entorno, de modo que los fines del proceso se encuentran asegurados a través de una medida que resulta proporcionada con el fin de evitar la concreción de riesgos procesales y que no implica, además, un cercenamiento de la libertad tan grande como el que constituye el encarcelamiento cautelar en un establecimiento carcelario”. Es lo último que se supo a nivel judicial sobre el acusado. Infobae