Si bien el fenómeno “es extraordinario”, aseguran que los bajos niveles del río no alcanzan aún a los históricos. En la costa de la ciudad capital, marcó ayer 2,26 metros en bajante. La navegación debe realizarse con precaución.
El Paraná sigue bajando. En la costa de la ciudad capital, el río marcó ayer 2,26 metros en bajante, según datos de la Prefectura Naval. En Ituzaingó, el hidrómetro registró 0,65 m estacionado, y en Paso de la Patria, 2,23 m, estacionado.
El río Iguazú “presenta un aporte inferior a lo normal”, al “igual que el río Paraná en el tramo argentino-paraguayo”, consigna el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) en su informe semanal del 26 de julio al 1 de agosto.
“Dentro del territorio argentino, los niveles se encuentran en la franja de aguas bajas. El caudal del río Uruguay se mantiene oscilante. En la cuenca del Bermejo, los niveles se encuentran estables con tendencia a la baja”, señala.
La bajante está vinculada a la falta de lluvias en las cuencas altas. El Instituto Nacional del Agua (INA) advirtió que los ríos seguirán bajando puesto que no hay perspectivas de lluvia para los próximos días.
En Rosario, el Paraná marca 1,92 m estacionado. Si bien admiten que el panorama es complejo y se trata de una bajante extraordinaria, la situación está lejos de ser crítica como en 2009, cuando apenas se superó el metro de altura.
En la ciudad de Santa Fe, el río llegó al nivel más bajo en un año: 2,20 m. La situación podría tornarse grave para las operaciones en los puertos desde Corrientes hasta Buenos Aires.
En Chaco, el director de Estudios Básicos de la Administración Provincial del Agua (APA), Hugo Rohrmann, explicó que el nivel del río Paraná “está bajo y estacionado y nada hace prever que eso cambie en los próximos días”. “El río está en valores bajos por la poca lluvia en la cuenca de aporte. Aunque tampoco son las medidas más bajas de la historia”, sostuvo el experto.
Toda la navegación comercial de Buenos Aires al norte debe realizarse con precaución debido a los bancos de arena que se forman en las zonas menos profundas. Pero de Santa Fe al norte no hay calado permanente y eso preocupa a los operadores del río. “En estas condiciones tienen que navegar con menor carga, ya que con un peso habitual la embarcación puede encallar, quedar parada”, indicó Rohrmann.
Añadió que “no se prevé un repunte del Paraná. Va a seguir así hasta que llueva en Brasil, en la cuenca del Iguazú, que es el que más rápido genera altura en el Paraná”.
Los acopiadores de pescado indicaron que por la bajante del río los pescadores no pueden acceder a las zonas de mayor concentración de cardúmenes. “La pesca disminuyó un 50%. No se puede trabajar y se compromete el sustento diario”, mencionaron.
En el norte de la provincia de Buenos Aires, los mayores inconvenientes se registran en la zona de Campana y en San Nicolás. Los puertos tienen restringidas las operaciones.