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Por la posición de Argentina, la Cumbre Iberoamericana finalizó sin consensos

 

La Cumbre Iberoamericana de Ecuador cerró este viernes en ausencia de sus principales líderes y sin una declaración oficial por falta de consenso, aunque con promesas de luchar contra las catástrofes climáticas y ayudar a Haití.

El freno lo puso la delegación argentina, cuya política exterior está en manos del flamante canciller, Gerardo Werthein, con quien inició un camino de aún más retroceso en materia de política exterior con el rechazo de posturas históricas en favor de los derechos de las mujeres, el desarrollo sostenible y en la lucha contra el cambio climático.

Todos los países, excepto Argentina, estaban de acuerdo en respaldar un documento que incluyera el apoyo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, y las políticas públicas en materia de equidad de género y lucha contra el cambio climático, entre otros asuntos.

En tanto, la delegación cubana se opuso a aprobar una declaración que no contuviese una condena explícita al bloqueo de Estados Unidos -última aprobación que dio la Argentina en la Asamblea de las Naciones Unidas bajo la gestión de la ex canciller Diana Mondino- a la isla, como pretendía la representación de Argentina.

En contrapartida, el resto de todas las delegaciones, excepto Argentina, suscribieron un documento extraoficial denominado Declaratoria de Cuenca, en un intento por salvar el borrador trabajado durante la cita.

«No hubo ese consenso en el caso de lo que podríamos denominar la declaración más bien política y, en consecuencia, los países hicieron una declaración en el margen de la cumbre», explicó el secretario iberoamericano, Andrés Allamand, en una rueda de prensa. A la vez, aclaró que «hubo unas posiciones radicales entre algunos países», pero la mayoría se unieron «para salvar la declaración».

Ese documento incluye 25 «comunicados especiales», que impulsan la cooperación de Iberoamérica en el combate al crimen trasnacional, la promoción del empleo juvenil, la erradicación de la desnutrición o lucha contra el cambio climático, entre otros temas.

La XXIX Cumbre Iberoamericana había empezado la víspera deslucida por protestas de sectores sociales en una «contracumbre» y una demoledora ausencia de sus máximos líderes.

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De 22 jefes de Estado y de Gobierno convocados, sólo participaron en la sesión final de alto nivel el rey español Felipe VI y los presidentes Marcelo Rebelo de Sousa (Portugal) y Xavier Espot Zamora (Andorra), además del local, Daniel Noboa, el único latinoamericano.

Las otras 15 delegaciones asistieron con funcionarios de menor rango. La andina Cuenca quedó eclipsada por otras citas internacionales cercanas, como la de la APEC o el G20.

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