La intendencia apunta al Senasa por dilaciones en los permisos de exportación para el frigorífico. Volverán a reunirse con Provincia.

El intendente de Riachuelo, Martin Jetter se refirió ayer a la situación del frigorífico Muralla China, repasando la historia de la empresa, que comenzó a funcionar el 29 de octubre de 2019. Sobre el particular, el dirigente del PRO elevó las responsabilidades al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) por la emisión de autorizaciones de comercialización.

En este sentido, el Jefe comunal aseguró: «Si Senasa hacía las inspecciones cuando comenzaron a trabajar, le enviaba las correcciones en ese momento, quizás en febrero de 2020 ya podían exportar y hoy la situación sería diferente».

La empresa actualmente no tiene faena y «están terminando algunas cosas». En la víspera se cumplió un mes de la inspección virtual realizada por Senasa, que debería definirse sobre si el frigorífico puede exportar producción.

Al respecto, Jetter pidió «celeridad y acompañamiento del Senasa para habilitarlo, porque no es viable su funcionamiento con tráfico federal.

El Intendente opositor al Gobierno nacional aseguró que, a fines de 2021, Muralla China registraba pérdidas económicas de entre 3 y 5 millones de pesos por «funcionamiento a menor escala, más allá de las inversiones».

En este sentido, el dirigente macrista habló de trabas burocráticas que hacen que se entienda el hartazgo del empresario» y que desde el Gobierno provincial se le pidió un programa de inversiones «para ver si se lo puede acompañar» con fondos correntinos.

ALERTA

Cabe recordar que la semana pasada la ministra de Industria, Trabajo y Comercio de la Provincia, Mariel Gabur, acompañada por un equipo de esa cartera, y el intendente Jetter, lograron destrabar un problema operativo en el mencionado frigorífico.

Tras más de siete horas de reunión con el presidente del directorio de la firma, Yi Zhuang, se garantizó que todos los trabajadores continuarán en sus puestos.

El empresario había expresado que el cierre de la planta era inminente ante la imposibilidad de solucionar dichos problemas de manera ágil. Ante esa situación, un equipo del Gobierno de Corrientes se constituyó en el frigorífico e inició las conversaciones con los propietarios y empleados, entre otros, para evitar el cierre y proteger los puestos de trabajo.

«Era un riesgo que casi 100 empleados pierdan su fuente laboral», reconoció la Ministra.