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Presionado por opositores, Netanyahu retrasa la aprobación del alto el fuego y sigue bombardeando

 

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu dijo este jueves que una “crisis de último minuto” con Hamas estaba retrasando la aprobación israelí de un esperado cese del fuego que pondría fin a la agresión israelí sobre la población de la Franja de Gaza y liberaría a decenas de rehenes.

Mientras tanto, un nuevo ataque de su país después del anuncio de alto el fuego se llevó otra vez decenas de vidas, entre las que siempre se encuentran mujeres y niños.

Aún no está claro si las declaraciones de Netanyahu simplemente respondían a maniobras destinadas a mantener unida a su fracturada coalición de Gobierno o si el acuerdo estaba en riesgo.

El primer ministro israelí aludió a problemas con el acuerdo anunciado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y por el mediador de Qatar.

Líderes mundiales ya manifestaron su beneplácito por el fin de la matanza en la Franja de Gaza que según el anuncio terminará el domingo, pero el primer ministro israelí señaló que el acuerdo aún no estaba terminado.

Mientras un alto funcionario de Hamas, Izzat al-Rishq, dijo que su organización “está comprometida con el acuerdo de alto el fuego que fue anunciado por mediadores”, desde el despacho de Netanyahu anunciaron que los legisladores de Israel que debían aprobar el acuerdo no lo harían hasta que Hamas dé marcha atrás porque según el mandamás israelí, los palestinos no estaban cumpliendo con lo pactado.

Según refirió Associated Press, Netanyahu enfrenta una fuerte presión interna porque había acusado anteriormente a Hamas de dar marcha atrás en un acuerdo que, según él, daría a Israel un veto sobre qué prisioneros condenados por asesinato serían liberados a cambio de rehenes.

También debe soportar el embate de un sector de sus opositores que les dicen que derribarán su Gobierno si hace demasiadas concesiones.

Netanyahu tiene suficiente apoyo de la oposición para aprobar un acuerdo incluso sin esos socios, pero hacerlo debilitaría su coalición.

Uno de sus aliados de extrema derecha, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, ya se ha manifestado en contra del acuerdo.

Otro, Bezalel Smotrich, publicó en X el miércoles por la noche que exigía «certeza absoluta» de que Israel puede reanudar la guerra más tarde, calificando el acuerdo actual de «malo y peligroso» para Israel.

La salida de ambas facciones desestabilizaría gravemente al Gobierno y podría conducir a elecciones anticipadas.

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