Internacionales

Propinas exentas de tasas, cabo electoral en Las Vegas

«¿La banca siempre gana? No, Hacienda siempre gana». Brian prefiere no dar su apellido cuando acaba su turno de camarero en Four Queens , uno de los casinos de Fremont Street, el viejo Las Vegas. Fuera, es una fantasía clásica y sesentera de bombillas amarillas . Dentro, es un ambiente apolillado, oscuro, de alfombras desgastadas, crupieres tristes, jugadores de ojos caídos y sin el ambientador picante que rasca en los grandes casinos-fantasía del \'Strip\'. Aquí no les importa la peste a tabaco, aquí fuma hasta el gato. Brian habla del fisco porque se le pregunta por el tema que ha sacudido la ciudad del pecado en esta campaña electoral: \'No tax on tips\', «propinas sin impuestos». «Yo llevo casi 45 años trabajando en esto», dice señalando a una barra en la que los clientes tienen pantallas con tragaperras o póker para seguir perdiendo dinero mientras beben un trago. «Desconfío de cualquier cosa que toque Hacienda. Veremos en qué acaba eso».«Eso» son dos promesas, una por cada candidato presidencial, Donald Trump y Kamala Harris, para eliminar la imposición a las propinas. Es, sobre todo, un intento de ganar Nevada, que reúne dos elementos: aquí viven un ejército de trabajadores -es decir, votantes- dedicados a la hostelería en su mayor ciudad, Las Vegas, pero también en otras, como Reno; y es un estado decisivo, uno de los siete que inclinarán la elección a uno u otro lado el próximo martes.Noticia Relacionada estandar Si La revolución migratoria de Trump Cárcel y expulsiones masivas dirigidas por el \'sheriff\' de Arizona David Alandete | Enviado especial a Phoenix (Arizona) El \'sheriff\' Joe Arpaio, mentor del candidato republicano, explica a ABC sus planes para blindar EE.UU. tras las eleccionesLa propina es algo serio en EE.UU. No son las cuatro monedas del cambio que se quedan en un platillo en un restaurante de España. Cualquiera que haya cruzado el charco se habrá sorprendido de su peso y de su ubicuidad. No es que la camarera de un restaurante espere entre un 15% y un 25% extra por su servicio. O que el barman que mezcla un \'old fashioned\' cuente con lo mismo. También lo piden desde hace años en las cafeterías donde ni siquiera te sientas . Y más allá de la hostelería, se da o aguinaldos a los taxistas, conserjes, jardineros, peluqueros, cuidadores, paseadores de perros y un sinfín de dedicaciones. Es algo serio en EE.UU. y algo central de la vida en Nevada. En junio, a Trump se le encendió una bombilla, como las de Freemont Street.«Trabajadores de los hoteles y toda la gente que recibís propinas : vais a ser muy felices», dijo en un mitin aquí en Las Vegas. «Cuando llegue al cargo, no os vamos a poner impuestos en las propinas. Lo vamos a hacer de inmediato, en cuanto llegue a la Casa Blanca».El asunto agarró por sorpresa a todo el mundo: a los rivales demócratas, a los empleados de los casinos e incluso a los asesores económicos del expresidente, que no tenían ni idea. Trump contó que se le ocurrió porque estaba cenando en su hotel de Las Vegas y una camarera le dijo lo gravoso que era pagar impuestos por las propinas.A Nevada le encantan las apuestas y recibió la de Trump con brazos abiertos. La idea tuvo una popularidad inmediata en Las Vegas. Los demócratas encendieron las alarmas cuando la Culinary Union Local 226, el poderoso sindicato de los trabajadores de hostelería, apoyó la propuesta. Este sindicato, con 60.000 afiliados entre Las Vegas y Reno, acumula el mayor músculo político del estado y lo utiliza en las elecciones de forma tradicional a favor de los candidatos demócratas.Con las encuestas muy ajustadas en Nevada, Harris decidió igualar la apuesta. En agosto, en su primer mitin en el estado desde que heredó la candidatura demócrata de Joe Biden , abrazó también el \'no tax on tips\'. Eso sí, con más detalles en su plan que la propuesta vaga de Trump.Era una forma de intentar neutralizar al expresidente, que contó con el respaldo del sindicato: «Sería algo maravilloso», cuenta Irma Ramírez, afiliada al sindicato de hostelería y empleada del emblemático casino Golden Nugget. Está de excedencia para cooperar en la campaña de Harris y este periódico le acompaña mientras toca puertas de votantes en un barrio del oeste de Las Vegas. «Lo que no sabemos es en qué acabará».Un impacto inciertoUn paseo por Las Vegas, desde el lujo de cartón-piedra de los casinos del \'Strip\' hasta la decadencia enternecedora de las salas de juego del viejo \'downtown\', deja claro que la propina es un mundo. «A nosotros nos vendría muy bien. Las propinas que recibimos en metálico no las declaramos, pero lo que se paga en tarjeta, sí. Me vendría bien declarar todos mis ingresos porque sería más fácil pedir un préstamo para comprar casa, ahora mismo no puedo », dice Linda, veterana del irlandés Hennessy\'s Tavern, junto a los viejos casinos. «Sería algo brutal, la mayoría de mi sueldo son propinas», cuenta Alex, en la piscina del Sahara Hotel, un casino renovado del \'Strip\'. «Mis propinas son siempre en metálico, a mí no me las toca nadie», dice Lena, que limpia cuartos en el mismo hotel. «Antes yo cocinaba en Bazaar (el restaurante del español José Andrés) y las camareras se llevaban cada noche entre 400 y 500 dólares. Pero solo las comparten con los mozos que limpian mesas, no con la cocina», dice Mark, que ahora conduce para Uber y no sabe si sus propinas quedarán afectadas. «La propina más grande que me he llevado son 16.000 dólares», cuenta Phyllis, que trabajaba como crupier del casino Westgate «Pero los crupieres siempre las repartimos entre todos, es la norma en todos los casinos», añade.La propina es algo serio en EE.UU. No son las cuatro monedas del cambio que se quedan en un platillo en un restaurante de EspañaLos expertos hablan de \'No tax on tips\' como si fuera una canción: la música, en lo político, suena muy bien; la letra, en lo económico, es discutible. «Nevada es un caso único por el alto porcentaje, cerca de un 20%, de trabajadores en hostelería, probablemente el mayor del país»; explica Francine Lipman, abogada y profesora de la Universidad de Nevada en Las Vegas. Pero advierte de que cada trabajador es un caso -volumen de propinas, en metálico o incluida en su salario por pagarse con tarjeta de crédito- y que a muchos ni siquiera les afecta: «El 40% de los trabajadores que basan su salario en propinas no pagan el impuesto federal de la renta porque están por debajo del límite de imposición. Y los que cobran en metálico, la mayoría no las declaran».Después de que Harris igualara su apuesta con las propinas, Trump ha puesto más fichas en el tapete. En la recta final de la campaña, ha propuesto eliminar los impuestos de los ingresos por pensión de la seguridad social y por las horas extra, medidas, de nuevo, centradas en la clase media. A pocos días de la elección, desliza también la posiblidad de eliminar el impuesto federal de la renta. Hagan juego.

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web