El apego es la tendencia innata que tenemos los seres humanos para vincularnos, acercarnos y sentir cariño por otras personas, lugares o cosas.
El apego es una de las características esenciales del ser humano y al hacerlo satisfacemos una de las necesidades humanas más básicas: amar y sentirse amado.
Por el contrario, el desapego es la dinámica inversa a vincularse, implica separarse de aquella persona, cosa, lugar o de aquello con quien sentíamos apego, es importante saber que él proceso de desapegarse no es fácil e implica siempre cierto malestar o dolor, de ahí que hablemos de un proceso de duelo -cuando nos separamos de alguien-.
La clave de un buen desapego emocional está en la aceptación del cambio permanente de las personas y de las cosas. Aceptar esto implica vivir el presente con plenitud, sin aferrarse al pasado y sin proyectarse al futuro con miedo y angustia.
Igualmente conlleva a valorar todos los aprendizajes y experiencias que la vida nos va proporcionando.
El despego emocional implica dejar ir a personas o cosas, y así, nos adentramos en un duelo, sin aferrarnos a ellas/os obsesivamente y de esta manera estar abiertos a nuevas situaciones posteriores.
¿Cuándo es recomendable él desapego? Cuando se pasa tiempo con personas, actividades o espacios que no convienen, no suman, no nutren, no hacen bien y dañan.
Entonces, es cuando empiezas a tomar conciencia qué, lo más importante se puede hacer por uno mismo y en ocasiones por todos los que te rodean, es proteger tu energía, tu integridad, más intensamente que cualquier otra cosa.
Recomendaciones: Deja ir a la gente que no está lista para amarte. Esto es lo más difícil que tendrás que hacer en tu vida y también será lo más importante.
Deja de tener conversaciones difíciles con personas que no quieren cambiar.
Deja de aparecer para las personas que no tienen interés en tu presencia.
Sé que tu instinto es hacer todo lo posible para ganar el aprecio de los que te rodean, pero es un impulso que roba tu tiempo, atención, energía, salud mental, emocional y física.
Cuando empiezas a trabajar por una vida con alegría, interés, responsabilidad y compromiso, no todo el mundo estará listo para seguirte de ese modo, ni a ese lugar.
Eso no significa que tengas que cambiar lo que eres, significa que debes dejar ir a las personas que no están listas para acompañarte.
Si eres excluido, insultado, olvidado, ignorado, maltratado, manoseado, destratado por las personas a las que les regalas tu tiempo, atención, dedicación, cariño y cuidados, no te haces un favor al seguir ofreciéndoles toda esa energía vital.
Entiende que no eres para todo el mundo y no todos son para ti. Esto es lo que hace tan especial cuándo encuentras a personas con las que tienes amistad verdadera, relaciones simétricas y amor correspondido.
Gracias a todo lo qué has vivido, hoy comprenderás lo precioso qué todo esto significa, porque has experimentado lo que no es, ni por donde no es.
No insistas, no fuerces, suelta. Puede que, si dejas de aparecer, no te busquen; puede qué, si dejas de apostar, sostener o intentarlo, la relación termine; puede qué si dejas de enviar mensajes, tu teléfono permanezca en silencio, sin novedades durante bastante tiempo.
Eso no significa que arruinaste la relación, significa que lo único que la sostenía era la energía que solo tú dabas para mantenerla.
¡Eso no es amor, es apego!
Lo más valioso que tienes en tu vida es tu persona, tu tiempo, tu energía y todo aquello hermoso, bueno y luminoso qué te define.
Para cerrar la nota: Recuerda qué el desapego es darte la oportunidad de dejar ir a quien no te merece, nunca lo olvides y qué valga la redundancia ¡Mereces mucho más qué “eso”!
Te mando un beso inmenso TG
IG Tona Galvaliz.
FB/LinkedIn. María Antonia Galvaliz. Counselor-Logoterapia-Biodecodificación-
Coaching Ontológico y Sistémico- Speaker- PNL- Coaching WingWave- Escritora Columnista- Desarrollo Humano personal y organizacional.