A la Academia no le alcanzó su triunfo contra Estudiantes de Mérida. Nacional, con mejor diferencia de gol, terminó primero en su grupo. Se viene un sorteo durísimo en octavos...
De movida, al esquema que propuso Beccacece, otra vez el 4-1-4-1, le faltó gente que pisara el área. El chip con el que salió Racing, de hacer el segundo gol antes que el primero, lo llenó de ansiedades y desnudó la falta de más gente en los metros finales. Solari y Fértoli no son definidores, y Reniero se encontró, por momentos, muy solo arriba. Lo mismo que en el pasado ha padecido Lisandro.
Fue el ingreso del capitán, a los 10 minutos del segundo tiempo, lo que desató a la Academia. Ya había fallado un penal (con blooper) Fértoli y Melgarejo perdido un gol insólito abajo del arco. No había tiempo. Nacional ganaba desde temprano 2-0 y se necesitaban quemar las naves. Aquí, el primer cuestionamiento a Beccacece. ¿Por qué si en Perú y Uruguay, con grandes primeras partes, hizo cambios en el descanso y en esta floja prestación no movió piezas? Sin el capitán y Rojas, Racing terminó regalando 12 valiosos minutos, que terminaron cotizando más que el dólar.
Licha, justamente, fue quien asistió a Lorenzo para el 1-0 (con complicidad del arquero). El empate venezolano, con Arias y Sigali casi como plateístas de lujo, le volvió a quitar tiempo a los de BKCC. El 2-1 llegó ya sobre el final, con un tiro libre a lo Messi de Matías Rojas. Recién en tiempo cumplido, el DT quemó todos los papeles y metió a Cvitanich por Pillud. Cvita, sin tiempo, casi le dio el tercero a Reniero. Pero no llegó. El viernes, en el sorteo, nadie se querrá cruzar con Racing, que terminó ganando pero con sabor a derrota.