La Academia lo perdía 2-0 en la cancha de Huracán, pero salió a flote gracias a los goles de Maxi Romero, Jonathan Gómez y Gabriel Hauche. Por su parte, Abel Luciatti fue expulsado y Enzo Copetti salió por una dura lesión.
Un final para el infarto. Racing le ganó 3-2 a Tigre con un agónico cabezazo de Gabriel Hauche en el alargue y será el rival de Boca en la final del Trofeo de Campeones, a disputarse el 6 de noviembre en San Luis. La Academia lo perdía 2-0 en la cancha de Huracán, pero pudo darlo vuelta gracias a los otros goles de Maximiliano Romero y Jonathan Galván.
Si bien el partido estuvo lleno de emociones y polémicas, la balanza se inclinó para Tigre cuando Jonathan Gómez agarró a Mateo Retegui dentro del área y el árbitro Darío Herrera sancionó penal de VAR, a los 22 minutos del primer tiempo. El ex-Boca se hizo cargo de la ejecución y puso en ventaja al Matador.
Era todo alegría para el equipo dirigido por Diego Martínez hasta que el defensor Abel Luciatti fue expulsado por una cuestionada doble amonestación, apenas tres minutos más tarde, obligando el cambio de Blas Armoa por Brian Leizza.
En ese momento, Racing aspiró a levantar la cabeza para renovar sus esperanzas y parecía que respondía, pero justo apareció Facundo Colidio para darle otro golpe al conjunto de Fernando Gago. La historia se repitió: otro ex-Boca amplió la ventaja en el marcador.
Y peor fue el panorama para la Academia cuando perdió a Enzo Copetti por una dura lesión. Víctor Cabrera sacó la pelota del área y le quedó enganchada la rodilla del delantero, que no pudo continuar el partido y protagonizó un fuerte cruce con algunos hinchas por lo que pasó en el penal fallado contra River.
Todos los jugadores de Racing pusieron el grito en el cielo para reclamar un penal que no existió para Herrera ni para el VAR. Ya en la última Lucas Blondel salvó a Tigre sobre la línea.
Racing se vio obligado a revertir el resultado adverso, salió con mayor convencimiento en el inicio de la segunda etapa e intentó ser un poco más vertical, pero no llevó peligro al arco defendido por Gonzalo Marinelli.
Tigre, por su parte, entregó la pelota y no supo defender la ventaja: la Academia lo llevó cerca de su propio arco y creció.
A los 13 minutos, una buena jugada generada por Gómez dejó a Maxi Romero, quien había ingresado por el lesionado Copetti, en posición para definir con clase: el ex-PSV lo hizo al lado del palo izquierdo y puso el descuento.
Los de Avellaneda cambiaron la mentalidad mostrada en la primera mitad, Carlos Alcaraz creció con la pelota, Gómez inclinó la cancha hacia adelante, el colombiano Johan Carbonero aportó su cuota de desequilibrio y Romero fue clave en ataque para llevar a su equipo a pelear, al menos por un empate.
Pasaron los minutos, la pelota siguió en poder de Racing que aprovechó los espacios y el cansancio de los jugadores de Tigre por estar con un jugador de menos desde los 31 minutos de la primera parte.
La embestida de Racing ante un rival superado futbolísticamente y sin resto físico le permitió llegar a la igualdad a los 38 minutos tras un pelotazo de mitad de cancha de Matías Rojas, que guapeó Romero para habilitar a Gómez, quien definió con el arco vacío para estirar el partido hasta el alargue.
En esa instancia, la Academia mantuvo el dominio de la pelota, aprovechó el resto físico por el hombre de más y a los 12 minutos del segundo tiempo el Demonio Hauche decretó de cabeza el triunfo de su equipo para llegar al partido decisivo.