Ramona Galarza falleció este martes en Buenos Aires, a los 80 años, de un paro cardiorrespiratorio. La Provincia de Corrientes gestiona el traslado de sus restos para que descansen en el cementerio San Juan Bautista.
La noticia del fallecimiento de la “novia del Paraná”, sacudió ayer a sus allegados, pero también a toda la provincia y al ámbito de la cultura nacional. La cantante, emblemática chamamecera, residía en Buenos Aires y se encontraba decaída en los últimos días.
Ahora se espera una autopsia y que se determine además si su malestar correspondía al Covid-19. Mientras tanto, la Provincia aguarda que finalicen esos trámites, para organizar el traslado de sus restos a la capital correntina, donde sería despedida y enterrada en el cementerio San Juan Bautista en los próximos días.
Para el funeral, se espera también la participación de una hermana que reside en la ciudad y, si los protocolos los permitieran, intentarían asistir también algunos sobrinos que residen en otras provincias.
Su vida, el chamamé
Con más de 40 discos y participación en nueve películas, Ramona Galarza se erigió como la principal referente de la música litoraleña en todo el país y en el exterior, a partir de sus interpretaciones de clásicos como Merceditas, La vestido celeste, Galopera y Kilómetro 11.
Ramona Modesta Onetto, conocida artísticamente como Ramona Galarza, nació en Corrientes el 15 de junio de 1940. Comenzó su carrera musical durante su infancia. Más tarde, integró la Orquesta Folclórica de la Provincia de Corrientes, dirigida por Naum Salis, en la que compartió el rol de solista con el cantante y compositor Efraín Maidana.
Su primera incursión en la pantalla grande se produjo en 1958, cuando participó del filme Alto Paraná. Instalada en Buenos Aires desde 1960, formó parte del llamado boom del folclore. Y su fama trascendió las fronteras al punto de ser reconocida internacionalmente. La República
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