Cuando las personas quieren "picar" algo salado, es común que recurran a los clásicos snacks envasados. Sin embargo, existen muchas preparaciones sencillas que se disfrutan todavía más, como es el caso de esta receta de bolitas de queso. Son riquísimas, fáciles de preparar y cautivan a cualquiera.
Se pueden comer en todo momento y son ideales para agasajar a los invitados, puesto que el resultado es delicioso. Quedan crocantes por fuera y suaves por dentro, y se gozan tanto en las comidas principales como a modo de merienda, acompañadas con unos mates.
Aunque se puede confundir con otras elaboraciones similares, la actual es única y mucho más fácil que hacer, por ejemplo, scones o chipás. Lo más seguro es que quienes las prueben deseen repetir y no puedan parar de comerlas, especialmente los amantes del queso.
ingredientes para elaborar las bolitas de queso más ricas
- 200 gramos de queso rallado.
- 1 huevo.
- 3 cucharadas de harina de maíz.
Bolitas de queso: modo de preparación
1. En un bol, colocar los 200 gramos de queso, el huevo y las tres cucharadas de harina de maíz.
2. Mezclar todo muy bien con una cuchara hasta que los ingredientes se unan.
3. Con la mano, amasar la mezcla hasta que se forme una masa bastante uniforme.
4. Agarrar porciones y formar bolitas con las manos, del tamaño de preferencia.
5. En una olla o sartén con abundante aceite caliente, cocinarlas durante unos minutos, hasta que se pongan doradas.
6. Una vez que estén listas, sacar las bolitas y ubicarlas sobre un plato con servilletas, para que estas absorban el exceso de aceite.
Cabe aclarar que lo mejor es comerlas recién hechas y calientes, ya que de esta manera se aprovechará al máximo el queso derretido. Cuando todavía se encuentren tibias, este ingrediente principal tendrá la mejor textura y el exterior se encontrará crujiente.
Mientras que el chipá lleva otros elementos como leche, aceite y harina común, estas bolitas son mucho más accesibles. Además, en el primer caso se cocinan en el horno, mientras que en el segundo se fríen en aceite: el gusto final es un éxito y nadie logra rechazarlas.
Los scones, por otra parte, son menos económicos porque llevan manteca, leche, harina leudante y otros ingredientes para saborizar la preparación, como mostaza, jamón o algunas hierbas. También se cocinan en el horno y el resultado es un poco más pesado que el de las bolitas.