Hay quienes lo llaman Dios, otros energía o sabiduría divina, en está oportunidad yo lo llamare Universo (con todo lo que eso significa).
El Universo sabe lo que nos conviene y, por eso, no nos da lo que queremos, sino lo que necesitamos y, causalmente, muchas veces lo que necesitamos, son cosas que no comprendemos en su momento.
No estamos solos ni desamparados en esta vida, recordemos que el Universo tiene vida propia, y por así decirlo, se fija en lo que pensamos, sentimos, hacemos, de manera que está pendiente de cada uno, con nuestras acciones y mundo de circunstancias y nos asiste constantemente.
Además de todo esto, el Universo, tiene la capacidad de comunicarse con nosotros, enviando señales, pistas, con la finalidad de cooperar con nuestro crecimiento, evolución y bienestar, asistiendo nuestro caminar por la vida, cuidando para ésta sea más acertada, y tomemos mejores decisiones.
Claramente no lo hace directamente hablando audiblemente o mandando un WhatsApp o mail, su mensaje es mediante señales y signos que hay que saber interpretar y comprender y para eso hay que conocer que así funciona su manera de comunicación.
¿Cómo el Universo nos manda sus señales? Lo hace de muchas maneras.
Las envía en forma de palpito, intuición, sensaciones, coincidencias o casualidades; a través de un libro, una letra de canción que aparece en nuestra vida varias veces seguidas, un cartel que nos llama la atención, un blog, citas bíblicas, una película, una persona a la que llevamos tiempo queriendo contactar y que de pronto nos encontramos por la calle.
Otras veces, las señales llegan como noticias o eventos inesperados: por ejemplo, una invitación a participar en algo interesante y especifico, una propuesta para empezar un proyecto o trabajar con una persona o cliente particular.
En este sentido, hay que advertir y estar al tanto de lo siguiente: es muy común y en contadas ocasiones, que el Universo nos mande sus mensajes en calidad y forma de lo que a primera vista parece una desgracia, una complicación, algo disruptivo, como por ejemplo un divorcio, un despido, una enfermedad, incluso hasta un accidente, cosas que nos causan dolor.
Cuando ocurra algo malo en tu vida, algo que no te gusta, intenta siempre preguntarte: ¿Cuál es la lección que el universo me está tratando de enseñar aquí? ¿Qué me está tratando de decir? ¿De qué debería darme cuenta? Invitándome y revisar, ahondar, ver los hechos desde otras perspectivas, cambiar el foco del problema y descubrir los aprendizajes mejorando las gestiones, para que aparezcan las posibles variadas alternativas de soluciones y cierres.
Las señales del universo no son órdenes, no te dice que es lo que debes hacer, ni tampoco te obliga a hacerlo, simplemente se limita a señalarte sutilmente “caminos” que considera que podrían ser interesantes y más provechosos, te toca decidir explorarlos o no, es algo opcional.
Sucede también que, cuando el Universo ve que alguien se está desviando demasiado de la correcta senda, continúa mandando señales cada vez más fuertes, hasta llegar a un punto en el que no te quede más remedio qué, parar, escuchar y obedecer, el Universo se comporta como si fuese un padre interesado en sus hijos.
Él, te deja jugar la vida en libertad, explorar, probar, pero de vez en cuando con sus mensajes encriptados, te dice “cuidado” “mira esto” o “no hagas lo otro” “cuidado”, “no es pos ahí”.
Reconoce las señales del universo
1. Sincronicidad Una sincronicidad o sincronia según el psicólogo Carl Jung, es “la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido, pero de manera acausal”.
Son situaciones que aparecen varias veces en poco tiempo, dos cosas que no tienen ninguna conexión entre sí pero que apuntan en la misma dirección, o algo que llega por casualidad a tu vida, que está íntimamente relacionado con un tema importante que tienes en tu cabeza o te preocupa en ese momento.
2. Sustos, fracasos, complicaciones y malas noticias: ¿que está tratando de decir o avisar el universo? Hay que prestar mucha atención a las complicaciones, los sustos, los fracasos, las malas noticias, a las situaciones negativas.
¿Es esto un mensaje invitándome a cambiar que cosa, qué actitud? ¿Me está dando el universo un toque de atención? ¿Que tengo qué cambiar? ¿Cuál es el rumbo correcto?
Vivir con los ojos más abiertos es vivir con consciencia, atento despierto. Acepta de mejor modo todo lo que sucede y te ocurre, porque a la larga o ala corta todo suma y contribuye tu engrandecimiento.
Te mando un beso inmenso TG
IG Tona Galvaliz.
FB/LinkedIn. María Antonia Galvaliz. Counselor-Logoterapia-Biodecodificación-
Coaching Ontológico y Sistémico- Speaker- PNL- Coaching WingWave- Escritora Columnista- Desarrollo Humano personal y organizacional.