Las adversas condiciones climatológicas han causado un récord de incendios forestales en Suramérica, afectando sobre todo al centro del continente y devastando amplias zonas de la Amazonía y áreas circundantes. La situación se ha complicado especialmente en Bolivia , donde en apenas dos meses han ardido 3,8 millones de hectáreas. La paralización de algunas actividades debido a la emergencia nacional declarada por el gobierno de Luis Arce ha acentuado la crisis económica que vive el país, al tiempo que se encona la crisis política.Si los incendios que hubo en la Amazonía al comienzo del Gobierno del derechista Jair Bolsonaro en Brasil fueron enseguida esgrimidos en su contra en la prensa internacional, no parece que ocurra lo mismo con los que están ocurriendo en Bolivia bajo el actual mandato del izquierdista Luis Arce . Más allá de la existencia de fuegos fortuitos, también en Bolivia los campesinos realizan quemas para ganar espacios de cultivo y, en última instancia, podrían ser imputados del mismo modo a una presunta negligencia del gobierno.Desde principios de enero hasta mitad de septiembre, en Suramérica se han registrado 350.000 focos de incendios, la mayor cifra desde 2007, según el Instituto Brasileño de Investigación Espacial. De esos focos, el 50% corresponde a Brasil, el 18,1% a Bolivia y el 11,1% a Venezuela. Entre enero y agosto, en Brasil se quemaron 11,4 millones de hectáreas, mientras que Bolivia está cerca de superar el total de 5,3 millones de hectáreas de bosques y pastizales que se quemaron en 2019.Noticia Relacionada CLAVES DE LATINOAMÉRICA estandar Si La traca final de López Obrador Emili J. BlascoAunque los números son mayores en el caso de Brasil, la enorme extensión de la Amazonía brasileña suele sufrir abundantes incendios anualmente, también en los gobiernos de Lula da Silva , por más que su política medioambiental pueda ser más cuidadosa. Comparativamente, sin embargo, este año la incidencia en Bolivia está siendo mayor, con notable afectación en su región amazónica y en la Chiquitania, unas llanuras de transición entre la selva amazónica y la sabana del Chaco.La deficiencia gubernamental en atender la emergencia, a la que han acudido en ayuda efectivos y medios contra incendios de algunos países vecinos, ha supuesto un nuevo motivo de enfrentamiento entre el gobierno de Arce y la gobernatura de Santa Cruz, el departamento donde ha ardido más extensión, dirigido por la oposición. No obstante, la mayor controversia ha girado en torno al agravamiento de la crisis económica que viene arrastrando el país, donde faltan hidrocarburos, a pesar de que Bolivia es productor de ellos -especialmente gas-, y divisas con las que poder realizar importaciones. Sin divisas, sostener el mismo cambio fijo de hace quince años respecto al dólar se está demostrando contraproducente, al tiempo que el control de precios está contribuyendo a la escasez de bienes básicos. Alejandro Werner , anterior economista jefe del Fondo Monetario Internacional para el hemisferio occidental, se ha mostrado «extremadamente preocupado» por la situación.La prohibición de quemas para evitar la propagación de incendios y la declaración de los espacios quemados ahora como «no disponibles» por cinco años para facilitar su repoblación restringe aún más la actividad económica. Esta se ve también acentuado por el pulso político que mantienen Arce y su antecesor, el expresidente Evo Morales , quien le cedió el poder y con el que ahora está enfrentado, pues ambos se disputan la candidatura presidencial por parte del Movimiento al Socialismo (MAS) en las presidenciales del próximo año. Morales está promoviendo paros de transportistas y enfrentamientos de sindicalistas como un modo de dañar al gobierno de Arce.