La comunidad católica de la Arquidiócesis de Rosario se alista para celebrar el 7 de octubre las fiestas patronales dedicadas a Nuestra Señora del Rosario. Este año, los festejos tienen un significado especial, la comunidad celebra su 90º aniversario de la arquidiócesis de nuestra ciudad.

Las actividades comenzarán temprano en la mañana con la tradicional ofrenda floral a la Virgen del Rosario, llevada a cabo por las autoridades civiles. Posteriormente, el arzobispo local, Monseñor Eduardo Elíseo Martín, guiará un momento de oración.

Durante la semana previa, los feligreses podrán participar de actividades diarias, que incluirán el rezo del Rosario de 18 a 19:30 y una misa con «homilía mariana». Además, se realizará la exposición del Santísimo Sacramento en distintos horarios, así como confesiones disponibles durante todas las celebraciones.

El programa del día 7 de octubre, solemnidad de Nuestra Señora del Rosario, comenzará con el rosario de la aurora a las 7:00, seguido de misas a las 7:30, 9:00, 10:30, 12:00 y 19:30 en la catedral.

El intendente Pablo Javkin y otras autoridades realizarán una ofrenda floral a la Virgen, y a las 15:30 tendrá lugar la procesión y el rezo del Santo Rosario, que culminará con la misa central presidida por Monseñor Eduardo Martín en el Monumento Nacional a la Bandera.

Como parte de la preparación para estas celebraciones, se llevó a cabo un día completo de misión en la zona céntrica, el arzobispo y un grupo de sacerdotes recorrió el territorio para llevar un mensaje de fe y esperanza a la comunidad. Hubo cinco estaciones misioneras en lugares clave, donde los feligreses participaron en actividades, recibieron bendiciones, se llevaron agua bendita y rosarios.

La ciudad de Rosario se formó en torno a un pequeño «rancho» que funcionaba como capilla en el «Pago de los Arroyos», creado en 1730, donde se veneraba la imagen de Nuestra Señora del Rosario. La Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, establecida en 1737, se considera la primera institución civil de la ciudad. A lo largo de los años, la Virgen ha sido invocada por los rosarinos en momentos de crisis, como durante diversas epidemias que asolaron la ciudad.

La comunidad se prepara con entusiasmo para estos significativos eventos, reafirmando su devoción a Nuestra Señora del Rosario y su unión como pueblo.