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Rusia sume a Kiev en el frío y la oscuridad con los últimos ataques

A las cuatro y media de la tarde ya es de noche en Kiev. La temperatura es de dos grados y a final del día bajará hasta menos uno. Los trabajadores de uno de los \'Puntos de Invencibilidad\' en el norte de la capital alimentan con leña la estufa anclada al centro de la carpa. Parece una gran tienda de campaña y está perfectamente equipada para resistir la bajada del mercurio. Dos lámparas led conectadas a pequeños generadores consiguen iluminar el interior con mucho esfuerzo. Hay literas, mantas, mesas, sillas y no falta un poco de te caliente para quien lo desee. Estas instalaciones, repartidas por las ciudades de toda Ucrania, son lugares importantes cuando se va la luz. Allí se pueden recargar los dispositivos electrónicos, acceder a internet y calentarse cuando el apagón afecta a las calefacciones eléctricas de los hogares.No hay mucho trasiego de vecinos durante la tarde en el \'Punto de Invencibilidad\' a pesar de los cortes eléctricos provocados por el último gran ataque enemigo de este jueves. La mayoría ya tienen sus pequeños planes de contingencia en estos casos. Rusia ha acostumbrado a los ucranianos a pasar hasta ocho horas sin luz. Así fue la mayor parte del verano. Pero la situación va a emporar este invierno. Moscú mantiene la campaña de ataques masivos contra la infraestructura energética que inició en 2022. Los peores ataques sucedieron durante la primavera de este año dejando al país sin capacidad de generar energía térmica y casi sin posibilidad de producir luz desde sus centrales hidroeléctricas. La agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, ha mostrado su preocupación ante las pocas capacidades de Kiev para abastecer el país. «La destrucción de la infraestructura energética por parte de Rusia ha provocado una pérdida general del 65% de la capacidad de generación de energía en los últimos meses, y los ataques continúan, interrumpiendo el suministro de electricidad, calefacción y agua», dijo Kelly Clements, alta comisionada adjunta de la ONU, a principios de noviembre. La moral de los ucranianos también se ha resentido ante la falta de buenas noticias en el frente, donde las tropas invasoras han acelerado sus avances. Y este contexto tampoco ayuda a tranquilizar los nervios la incertidumbre generada ante la toma de posesión de Donald Trump y la falta de información sobre sus planes para abordar la guerra desatada por Rusia.Noticia Relacionada estandar Si Ataque «masivo» ruso contra la red eléctrica de Ucrania con 120 misiles y 90 drones Rafael M. Mañueco | Corresponsal en MoscúUn nuevo ataque masivoUcrania amaneció este 28 de noviembre con el sobresalto unas potentes explosiones que se repitieron en varias las regiones del país. De norte a sur y de este a oeste los proyectiles rusos buscaron la infraestructura energética para castigar, otra vez, al país vecino. Zelenski denunció que algunos de estos misiles portaban «municiones de racimo» para complicar todavía más las labores de reconstrucción.El metro de la capital volvió a ser refugio de cientos de personas pasadas las cinco de la mañana cuando la Fuerza Aérea de Ucrania decretó la alarma en todo el territorio. Hasta siete bombarderos Tu-95 levantaron el vuelo para lanzar misiles contra las ciudades de la retaguardia. Un millón de personas en todo el país se quedaron a oscuras tras la ofensiva aérea masiva. Las fuerzas rusas dispararon casi 100 drones y 91 misiles. Cuando la alarma pasó, los residentes de Kiev volvieron, como siempre, a sus quehaceres. Los niños pequeños ya muy abrigados acudían a las escuelas de las manos de sus madres y los trabajadores municipales se apuraban a limpiar el hielo de los caminos. Tampoco los pequeños comercios frenaron su actividad gracias a los generadores adquiridos hace meses. El sonido de estos aparatos, junto con el de las alarmas ya son parte de la cotidianidad del país.El presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin , dijo que el golpe contra el sector energético era un «castigo» por el uso de misiles estadounidenses en su territorio. Aunque la campaña rusa contra el sistema energético del país ha sumado con esta última ofensiva más de diez grandes ataques. Incluso cuando las autoridades ucranianas no estaban autorizada a usar las armas occidentales. Las amenazas del Kremlin se sucedieron durante la jornada. Putin advirtió que su Ministerio de Defensa estaba preparando ataques contra «centros de decisión» en Kiev con el mismo misil balístico hipersónico lanzado contra la ciudad de Dnipro el pasado 21 de noviembre.La retórica rusa, después de casi tres años de invasión a gran escala, ya no impresionan demasiado a los ucranianos. Putin también los ha acostumbrado a eso. A Tatiana una jubilada que reside en Kiev le preocupan con más urgencia la subida de impuestos «histórica» que este jueves firmó Zelenski para poder sostener el esfuerzo de guerra en 2025.

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