El asesinato de Juan Alberto Insaurralde fue un crimen ocurrido en el 2019, en Santa Lucía. Lázaro Zapata, un sexagenario de la localidad, fue sentenciado.
Aparentemente había pocas pruebas, pero la declaración del propio homicida terminó por “enterrarlo”.
Ayer se conoció que fue sentenciado a 13 años de prisión Lázaro Zapata, un ciudadano de 62 años que fue encontrado culpable de matar de una puñalada a un muchacho de 22, Juan Alberto Insaurralde, en la localidad de Santa Lucía.
Al respecto, el juicio fue llevado en la localidad de Goya, donde el Tribunal condenó al sexagenario.
El fallo fue dado a conocer por el propio abogado querellante, Juan Arregín, quien comentó que el caso ocurrió tras los festejos en la ciudad por el “Día del Horticultor”, durante el 11 de noviembre de 2019, alrededor de las 5, cuando comenzaba a salir el sol.
En ese marco, la víctima caminaba junto a dos amigos suyos, hermanos entre sí, cuando repentinamente el grupo fue atacado por unos extraños, quienes los interceptaron por Lavalle y Berón de Astrada.
Los agresores eran Lázaro Zapata, su hijo y otras personas más, grupo que superaba ampliamente en número a los damnificados.
En ese marco Zapata agarró un cuchillo, el cual se cree era de gran tamaño, con el que asestó en el estómago de Insaurralde.
El arma blanca penetró y lesionó la zona del pancreas y cortó venas, lo que le costó caro a la víctima.
Insaurralde fue el único herido del incidente callejero. Tras quedar malherido, el muchacho fue llevado en motocicleta hacia el hospital, por dos amigos que lo acomodaron en el medio, para que no cayera.
Así es que del hospital de Santa Lucía fue trasladado a Goya, ya que su estado era muy grave. Tras el traslado perdió la vida.
Arregín narró que se hizo cargo de la causa recién en el debate oral. En ese sentido sostuvo que faltaban elementos fundamentales: primeramente el hombre no fue detenido en el sitio sino que lo arrestaron después; por otro lado tampoco había ropas secuestradas o un arma, con la que se pudiera relacionarlo al hecho.
Todo esto parecía que iba a hacer peligrar la causa, de no haber sido porque Zapata admitió que estuvo en el sitio de la pelea pero que “no tenía cuchillo”. Sin embargo, esto fue desmentido por un testigo que lo vió apuñalar a Insaurralde. Con estos elementos se definió la condena de 13 años. Al respecto, tanto querella como Fiscalía habían pedido 15. Tras confirmarse el fallo, el homicida sería llevado a capital.
Es así que quedará en misterio la razón del ataque fatal.