El ex presidente Mauricio Macri y el principal asesor de Javier Milei, Santiago Caputo, mantuvieron esta semana una reunión en la que se dispusieron a aliviar las tensiones que existen entre ambos. Dicho encuentro -que no fue publicitado por ninguno de los dos actores- tuvo lugar antes de que se lleve a cabo la sesión en Diputados que discutirá el veto a la Ley de Financiamiento Universitario.

Ambos habían tenido varias críticas cruzadas, pero prefirieron dejarlas de lado para discutir si habrá estrategia conjunta de cara a una votación que será clave para medir el poder de ejecución del presidente y el respaldo que tiene en el terreno legislativo.

El cónclave se llevó el pasado jueves a cabo en la oficina del asesor, fuera de la Casa Rosada, y durante el mismo debatieron sobre el veto a la ley de Financiamiento Universitario, que se tratará en Diputados el miércoles venidero.

Distintos medios recibieron desde Casa Rosada la lectura de que el encuentro «fue muy bueno». A pesar de que no habrían llegado a acuerdos concretos, sirvió para que dos socios de la estructura de poder de Javier Milei acerquen posiciones luego de episodios cargados de cuestionamientos mutuos.

El propio Macri había expuesto públicamente las críticas al entorno presidencial en referencia a Santiago Caputo, quien forma parte del «triángulo de hierro» del mandatario junto a la secretaria general de la presidencia, Karina Milei.

Luego del veto a la Ley de Financiamiento Universitario, los bloques de Encuentro Federal, Unión por la Patria, la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica solicitaron una sesión especial para el 9 de octubre para insistir con el proyecto original. Si quieren hacerlo, deberán reunir el aval de los dos tercios de los presentes de la Cámara baja. Ahí es que el líder del PRO reconoce que tiene un peso clave que hará valer al momento de la votación.

Lo cierto es que en las filas del PRO todavía no hay acuerdo sobre el sendero que transitarán al momento de votar, ya que muchos consideran que la educación siempre fue una bandera del espacio y dejar correr el veto los haría pagar un alto costo político.