Así surge del registro federal donde las jurisdicciones van incorporando la información sobre las aplicaciones según un relevamiento de LA NACION
Números de lotes alterados, marcas que no coinciden, primeras dosis aplicadas como segundas, vacunas utilizadas desde antes de arribar al país y registros incompletos o que difieren de los del carnet de vacunación están entre las principales inconsistencias en los datos oficiales de la campaña de vacunación contra Covid-19. LA NACION detectó al menos 67.769 errores en la carga de la información de los vacunados, incluido el intercambio de marcas, de acuerdo con los registros que se pudieron reconstruir desde el inicio de la vacunación.
No es la primera vez que surgen dudas sobre cuán confiable es la información que proviene del Registro Federal de Vacunación Nominalizado (Nomivac). A comienzos de este año, este medio puso la lupa en esta base de datos que alimenta el monitor online, en tiempo real, con el que el Gobierno buscó transparentar el avance de la campaña para Covid-19 tras el escándalo de la vacunación VIP.
En ese momento, y a través de un pedido de acceso a la información pública, LA NACION accedió por primera vez a la información del Nomivac sobre las vacunas de calendario aplicadas en los últimos 11 años. Los datos que analizó LNData revelaron un alto grado de subregistro nacional: solo aparecía un 17% de las dosis aplicadas en función de las cantidades distribuidas y los porcentajes de cobertura informadas para cada vacuna.
Con la vacunación para Covid-19, el registro de aplicaciones aumentó, no así la calidad de la carga de datos que no deberían quedar ingresados con errores o incompletos. LNData relevó la información disponible hasta ayer a la mañana sobre 28.264.146 aplicaciones; tras reconstruir decenas de números de lotes, emparejarlos con las marcas correctas de acuerdo con los remitos de arribos y, el caso de Sputnik, con el componente que correspondía a cada lote, hubo 365 aplicaciones en las que resultó imposible determinar a qué marca o lote correspondían.
En el resto, surgieron al menos 67.769 inconsistencias en la información disponible sobre las dosis aplicadas. En 38.816 casos, se intercambiaron vacunas o se utilizó el componente 1 de Sputnik como segunda dosis o viceversa, de acuerdo con los registros de los lotes declarados.
Hace dos semanas, eran 11.781 los casos en los que se había vuelto a utilizar el primer componente (Ad26) de la Sputnik V en lugar del segundo (Ad5) o alguna de las otras dos vacunas disponibles en el país, AstraZeneca/Covishield o Sinopharm.
Ahora, con 1.163.897 personas que están esperando su segunda dosis de Sputnik desde hace más de 90 días, hay 12.019 aplicaciones en las que se utilizó el componente 2 como primera dosis y 25.813 casos en los que se aplicó el componente 1 como segunda dosis, de acuerdo con los lotes utilizados. A la vez, a cuatro personas se les aplicó el segundo componente como primera dosis de Sinopharm y en 60 se usó el primer componente como segunda dosis de la vacuna proveniente de China. Con AstraZeneca/Covishield se destinaron cuatro dosis de segundos componentes de Sputnik V como primera dosis y 25 primeros componentes como segundas dosis.
Estas combinaciones aparecen en casi todas las jurisdicciones. Con el seguimiento adecuado, probablemente habrían proporcionado información útil para resolver el faltante de segundas dosis. El grupo de entre 70 y 79 años es en el que sucedieron con más frecuencia.
Aun cuando estos números parezcan una cantidad menor entre millones de vacunados, describen un uso que reduce todavía más la ya escasa disponibilidad de segundas dosis, sobre todo las de una vacuna con problemas de producción que el Gobierno ya conocía al firmar el contrato de compra. Lo confirma también la carta de la asesora presidencial Cecilia Nicolini al Fondo Ruso de Inversión Directa, que maneja la empresa Human Vaccines LLC contra la que el Gobierno debería litigar ante un incumplimiento o reclamo. Entre los datos del contrato, como publicó este medio, aparece Reino Unido como la jurisdicción elegida entre las partes para la resolución de cualquier conflicto que pueda ser judicializado.
Marcas cambiadas
Otra curiosidad se repite en 29.046 aplicaciones cargadas hasta ayer. En este caso, no coincide la marca de la vacuna con el lote ingresado. Más de 27.700 dosis de Covishield, la versión de AstraZeneca que se produce en India, aparecen como AstraZeneca y otras 44 como Sputnik V o Sinopharm. Hay 364 dosis de la vacuna desarrollada en Rusia que se cargaron con otras marcas.
Hace cuatro semanas, Carlos, de 52 años, (que pidió la reserva de su apellido) recibió su primera dosis en la posta de vacunación del hall del Hospital Néstor Kirchner, en La Matanza. Demoró más de 20 días en poder saber qué vacuna le habían aplicado en realidad.
En su carnet impreso, la primera dosis era de AstraZeneca (lote No 77531). Pero en el certificado digital en el sitio Mi Argentina, figuraba que había recibido el primer componente de Sputnik V (lote No I-1000521).
“Cuando me vayan a dar la segunda dosis, ¿qué vacuna me van a aplicar? No puede ser que no haya controles dobles de esta información. Y en más de 20 millones de personas que se vacunaron, mi caso no debe ser el único”, dijo a LA NACION mientras intentaba resolver el problema.
Le habían asignado una posta a 10 km de su casa, ubicada a solo una cuadra de otro centro de vacunación. “Esto es algo que debería tenerse en cuenta al otorgar los turnos porque quienes no tienen automóvil, tienen que usar otros medios para trasladarse y eso aumenta el riesgo de contagio”, dijo.
Tras el pinchazo el 25 de junio, la vacunadora anotó en el carnet los datos de la dosis de la jeringa prellenada. “Confío más en lo que anotó la vacunadora que lo que cargaron después”, sostuvo. Finalmente, esta semana, logró que sus certificados coincidieran. Fue con la buena voluntad del personal en la posta, tras reclamar sin respuesta por la línea 148 y un correo electrónico al Ministerio de Salud bonaerense. “Hay muchos más casos como el mío, me dijeron mientras hacía mis reclamos”, contó Carlos.
Tras el escándalo de la vacunación VIP, el Ministerio de Salud anunció la compra de 20 millones de carnets para “disminuir los errores programáticos”, como los que se siguen acumulando. En el sitio Mi Argentina, se puede denunciar en este link un error en el certificado.
Malena Ambas, directora de Servicios a la Ciudadanía de la Dirección Nacional de País Digital, explicó que todas esos reportes se derivan a la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud. “Los datos y los errores de carga corresponden a las jurisdicciones —aclaró—. Salud les deriva las consultas y posibles rectificaciones.” LA NACION consultó a la cartera sanitaria al respecto, pero aún no hubo respuesta.
En Mendoza, la semana pasada, Jorgelina Lobos se grabó mientras la vacunaban en el centro del Parque Benegas, en Godoy Cruz: la jeringa que había usado la vacunadora estaba vacía. “Es increíble lo que pasó y estoy muy preocupada porque no creo en que solo fue un error, como dice la vacunadora —dijo a LA NACION—. En el momento, no me di cuenta de nada, aunque no me parecía bien que estuvieran poniendo las vacunas previamente cargadas, sin poder ver los frascos.”
Aun así, recibió el carnet con los datos del primer componente de Sputnik V del lote No 486120421. Hay otras 193.241 personas que recibieron una dosis de ese lote desde finales del mes pasado; en la mayoría, como primera dosis, pero en 287 casos, como segunda.
Al día siguiente, Lobos recibió una dosis real y un nuevo carnet: primera dosis del lote I-680421 de Sputnik V, de acuerdo con la copia a la que accedió LA NACION.