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Sequía: "La recurrencia de eventos climáticos extremos expone la necesidad de sistemas de alerta tempranas"

Hacia mediados del año pasado, un trabajo de investigadores del CECOAL (UNNE-CONICET) alertó sobre el retorno del fenómeno de La Niña y la posibilidad de manifestación de incendios dentro del territorio de la provincia de Corrientes, especialmente en los primeros meses del año 2025. En ese sentido, destacan que impera avanzar hacia esquemas de gestión y alertas tempranas debido a la recurrencia de eventos extremos tanto de sequía como inundaciones.



En la región del NEA, y principalmente en la provincia de Corrientes, en lo que va del Siglo XXI se han manifestado una serie de eventos climáticos extremos, tanto en el exceso de precipitaciones como en su déficit.



Si bien esta alternancia de sequías e inundaciones forman parte de las dinámicas naturales de la variabilidad climática regional, la preocupación surge, no por su manifestación, sino por su frecuencia, pero sobre todo por su severidad, que van en aumento.



Así, en menos de 10 años, los paisajes correntinos han evidenciado inundaciones y sequías que han generado diversos conflictos socioambientales en diferentes escalas y repercusiones.



En ese contexto, a pesar de que durante parte del año 2024 se registraron precipitaciones abundantes, desde el Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET-UNNE) habían alertado que las mismas no lograban ser suficientes para recuperar el sistema de humedales afectados por la sequía que ha comenzado a mediados del 2019 y que ante el anuncio del retorno de La Niña, era necesario pensar en medidas de acción mitigación ante la posibilidad de la manifestación de sequías de severas a extremas hacia principios de 2025.



Sobre ello, incluso en la revista FACENA se publicó el artículo “El retorno de La Niña: una amenaza socioambiental como consecuencia de la manifestación de sequías en la provincia de Corrientes», con aportes del Dr. Ignacio Contreras y el Dr. Martín Kowalewski, investigadores del CECOAL.



«Ante la posibilidad del retorno de sequías por la manifestación del evento de La Niña, los distintos paisajes de la provincia de Corrientes se encuentran expuestos a sufrir nuevamente episodios de incendios vinculados a la reducción de las precipitaciones, las altas temperaturas, ráfagas de viento y, a su vez, la quema descontrolada en áreas ganaderas y/o periurbanas», se había expuesto en el artículo.



El objetivo del trabajo era dar a conocer una síntesis de lo que ha ocurrido en años anteriores en contexto de La Niña, a fin de contribuir con conocimientos que permitan a tomadores de decisiones y la población en general, tomar medidas que permitan reducir al mínimo los posibles efectos de la sequía, principalmente aquellos vinculados con los incendios.



Entre algunas de las apreciaciones expuestas por los investigadores de CONICET y UNNE, se mencionaba que resulta importante comprender que dentro de una región puede existir una heterogeneidad de ambientes, que no necesariamente responderán de una misma manera frente a un mismo evento.



«De allí la importancia de conocer cómo son las dinámicas naturales que se desarrollan en cada paisaje, de modo de poder mitigar las amenazas socioambientales puedan surgir durante la manifestación de eventos extremos».



“Los impactos de los incendios no terminan cuando se extinguen”



Considerando los incendios del 2022 y las respuestas paisajísticas a la sequía extrema, se evidencia que las áreas más afectadas por los incendios fueron los Esteros del Iberá, así como otro tipo de humedales como las lagunas, que dependen exclusivamente de las precipitaciones locales, es decir, del agua que cae sobre ellas.



«Para ser una provincia cuyos paisajes se encuentran íntimamente ligados a humedales, ese porcentaje de humedales durante la sequía extrema debería poseer una conservación extrema, ya que garantiza la presencia de agua, en un contexto donde la misma escasea», plantean los doctores Contreras y Kowalewski.



Al respecto, detallan que en el contexto de sequía en el periodo 2022, la cantidad de lagunas en la provincia de Corrientes pasó de 38.926 a 5.080 y hubo una reducción del 82% de la superficie provincial de cobertura con agua.



En la misma línea, indican que la falta de agua de humedales puede generar más conflictos socioambientales, ya que puede desencadenar el desplazamiento y/o concentración de la fauna nativa y competir con sistemas productivos como la ganadería y la agricultura.



Por ejemplo, en el 2022, los departamentos que registraron las mayores disminuciones de superficie con agua son aquellos que poseían el mayor stock ganadero.



Por otra parte, recuerdan que la sequía no afecta únicamente a ambientes rurales y, como ya se ha demostrado en varias oportunidades, en estos períodos es cuando se desarrolla infraestructura urbana sobre humedales someros periurbanos, que luego son el desencadenante de pérdidas materiales y el deterioro de la salud de la población por el anegamiento que surge en períodos húmedos.



También refieren a las repercusiones en la fauna nativa, pues los incendios pueden transformar los paisajes a largo plazo, alterar dinámicas poblacionales de la fauna por cambios en sus desplazamientos o en los patrones de mortalidad, cambios a nivel fisiológico y posiblemente en las dinámicas de las enfermedades infecciosas.



Recomendaciones



«Para los paisajes del territorio correntino que se encuentran asociados a humedales, las sequías representan una amenaza potencial, la cual impacta en las extensiones superficiales, profundidad y calidad del agua y, en consecuencia, en la ecología asociada”, se expone en las conclusiones del artículo de la revista FACENA.



Considerando los últimos eventos de sequía asociados a un evento de La Niña extremo, las alertas por su retorno para el año 2025 implica tomar medidas de prevención-mitigación del riesgo.



“Los impactos de los incendios no terminan cuando se extinguen”, resaltan y recomiendan la consolidación de un comité técnico de trabajo en esta dirección con representatividad de los múltiples actores afectados por la ocurrencia de megaincendios.



Agregan que, aunque los incendios forestales son inevitables, la sociedad puede mitigar su número y gravedad combatiendo el cambio climático y siendo proactiva en el manejo de los incendios.



En tanto, frente a la información disponible, disminuir la probabilidad de ocurrencias de megaincendios es una obligación de los estados.



Para finalizar, los investigadores del CECOAL señalan que «este artículo es un llamado de atención acerca de lo que puede volver a ocurrir en nuestros territorios, para ponernos en alerta y colaborar en todo lo que este posible entre los científicos, diversos actores sociales y los agentes públicos de gobierno».

FOCOS DE INCENDIO SEQUIA

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