“El candidato será un radical”, dijo –contundente y sin vueltas- Ricardo Colombi, echando por tierra algunas aceptables pretensiones de sus socios dentro de Eco.
Y así las cosas, queda en claro el concepto elemental de lo que es la alianza gobernante para el mercedeño y su entorno. Es que por más que insistan y propaguen el mensaje de una sociedad política exitosa, no es más que una estructura férrea a imagen y voluntad del mandamás radical.
Lo que dice Ricardo impulsa a referentes de fuste y a otros que no lo son tanto. Pero además presupone un nuevo desafío: ¿podrá el elegido de Colombi mantener la unidad de la hasta hoy alianza gobernante?.
No hay que ahondar mucho para pensar cómo se deben sentir los Gustavo Canteros, los Pedro Cassani, los Pedro Braillard Poccard, y algún otro que observa desde afuera.
Canteros, por lo pronto, ya inició su campaña. Utilizando siempre un lenguaje respetuoso y equilibrado, el actual número dos del gobierno sabe que goza de una imagen muy positiva, y en todo caso también acumula apoyo externo, ya que el peronismo mismo mira de reojo los pasos que va dando.
Cassani intenta minimizar su intencionalidad, pero impulsado por varios de su entorno se anima a mirar con alguna posibilidad.
Braillard Poccard también espera agazapado.
Los tres coinciden en algo que no lo dirán en público: saben que Colombi se terminó, y la habilidad política de todos les permite observar que la pelea interna puede deglutirlos a los candidatos radicales.
¿La demora en dar el nombre del reemplazante es negativa a las intenciones del oficialismo?.
Seguro que sí, por eso apuran decisiones y se muestran a los que están en carrera para que –por decantación- alguno se quede cuanto antes con el desafío.
Enfrente –o dentro de Eco- esperan los socios ninguneados. Ya no aceptarán repetidos caprichos. Ahora tienen otro escenario.