En la práctica se observa que requerir un servicio de moto mandado cuesta más caro que un remis. Los interrogantes apuntan a este nuevo servicio que sirve como para escaparle al flagelo de la desocupación, pero que en la ciudad de Corrientes no está totalmente regulado ni controlado. Y lo pagan los clientes.
Nadie la pone límite a lo que cobran los motos mandados. Cuando uno requiere esta atención sobre ruedas, del otro lado de la línea anuncian una tarifa mínima que, en ese mínimo, no se aclara qué incluye. Siendo lo básico en abonarse unos $65 pesos.
En la comparación, un vehículo remis –capital diez veces superior a una motocicleta- a partir del lunes tiene un costo mínimo en su bajada de bandera de $54,50.
¿Quién le pone límite a los motomandados? En la práctica, por ahora, nadie.