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Sociedad de consumo y educación financiera: el desafío de formar a niños y adolescentes

 

 

La sociedad de consumo nos impulsa y lleva a la necesidad de consumir a como de lugar. Si bien la pelea con la publicidad es un tanto desigual, desde distintas organizaciones y asociaciones se intenta educar y proveer de información al respecto. Es allí donde ingresa, una temática sensible que en el ultimo tiempo se ha puesto en agenda, «la educación financiera».

Desde ahí surgen varios interrogantes sobre desde qué edad podría aplicarse la educación financiera, con qué marco teórico, y por sobre todas las cosas reparar la perspectiva de la misma.

 



 

Para profundizar al respecto, desde Consumidores en Acción, la doctora Valeria Vaccaro, vicepresidenta de la Unión de Usuarios y Consumidores aportó su mirada. «Mayores de 13 años y menores integran la sociedad de consumo tomando decisiones y haciendo elecciones. «No solo queremos hablar de los problemas de las infancias y adolescencias como la ludopatía sino también en educar en buenos hábitos y allí tenemos que ver el rol del Estado, las asociaciones, docentes y padres».

Uno de los temas que engloba la Ley 24240 es la de educar a los consumidores, «a través de la misma damos a conocer derechos constitucionales desde los marcos normativos. Si bien lo venimos haciendo desde hace años, existe una deuda en torno a la educación desde la psicología. En esto hay que poner la mirada, ya que muchas decisiones las tomamos desde nuestro cerebro primitivo. Y es allí donde como consumidores no tenemos herramientas para saber si ese consumo se realiza de manera racional o emocional» detalló Vaccaro.

Por su parte, el concejal y psiquiatra Lucas Raspall vertió conceptos fundamentales durante la entrevista, haciendo eje en la impòrtancia de la educación en el consumo. «Vivimos en una cultura del consumo y desde hace mucho tiempo los niños y adolescentes son un nicho del mercado muy importante. Y se les van sumando propuestas de ventas, como es el tema de las apuestas on line o, como se vio la semana pasada, cuando se agregó la posiblidad de que inviertan en el mercado de valores. Si bien son elementos diferentes, todos tienen un denominador común, que es esta posibilidad de tomar decisiones que impactan sobre su economía y su vida a una edad en la que los recursos no están tan bien distribuidos para tomar decisiones». 

Raspall apuntó que para tomar decisiones es necesario una valoracion emocional, una intuitiva y una racional. «Todo atravesado por la historia de vida de cada persona. Pero todas las personas somos personas deseantes y, a traves del teléfono sobre todo, se nos ofrecen cosas que uno quiere tener. Y a esa edad hay una pelea entre el cerebro y el mundo emocional, que es una pelea desigual por la arquitectura que tiene el cerebro, sobre todo a esa edad»,

«Lo importante es que, a la hora de abrir la billetera virtual para los chicos, los padres o referentes del grupo familiar, puedan educar y lo que debería primar es la importancia del esfuerzo que hay detrás de ese dinero que está en su cuenta y no como el niño o niña de 13 años puede acceder a al mercado de valores para multiplicar el dinero. Porque, valga la redundancia, se invierten los valores en ese mercado de dinero, porque el valor no es hacer dinero, el valor es el esfuerzo que conlleva conseguir ese dinero. Es importante, como padres hablar y sentarse con los chicos, preguntar como usan y para qué usan ese dinero. Y esto, en general, no sucede, hasta que ya es demasiado tarde. Hay que educar  porque educar es la única forma de prevenir, y para que esos chicos puedan ir aprendiendo progresivamente». 

En ese sentido, Raspall remarcó que «un adolescente que va a invertir en el mercado de valores no lo va a estar haciendo en forma racional». «Eso es invertir el orden de los factores, decir que educar es permitirle que hagan esas inversiones es como darle un auto a alguien que aún no aprendió a manejar. Cuando los adolescentes toman decisiones de este tipo, no están haciendo una valoración racional. La lógica de que las personas tomamos decisiones en forma racional, que son convenienes para nosotros es falsa. Se toman decisiones de otra manera. Sí, cuando vamos avanzando a la edad adulta, hay un mayor equilibrio, que hay que decir, hoy está cada vez más desequilibrado porque estamos bombardeados por propuestas de consumo que cada vez son más difíciles de evitar. Y a los 13 años, no tienen aún formado ese pensamiento crítico. Para poner un ejemplo, fue noticia hace días una millonaria estafa piramidal, en que cientos de personas adultas invirtieron su dinero, y si esas personas adultas no tienen el criterio para comprender que no existe ninguna inversion financiera que pueda el 10% de interés por mes, porque eso es una estafa, como lo va a poder hacer un pibe de 13 años? Es imposbile. Lo único que va a leer es que va a tener la posibilidad de ser rico, porque aparte eso vende como valor».

En este punto, el psiquiatra insitió: «El fin y el valor termina siendo el dinero y eso, a los 13 años, es un pésimo mensaje. Porque si el fin mismo es el dinero, lo único que importa es que esa cuenta crezca. Qué es lo que estamos enseñando como padres? Porque hay que enseñar que el dinero viene del esfuerzo, no que el dinero es un valor en si mismo y se hace sin esfuerzo. Sino alguien, en pleno desarrollo va a creer que es posible hacerse rico, como si ese fuera el gran valor, sin esfuerzo. Y eso no existe».

 

 

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