Existe un axioma en el mundo artístico que plantea “lo difícil que es llegar” y que más aún lo es “mantenerse”. Tal afirmación llevada a la música, más precisamente al rock, sigue ocurriendo y pasó con muchas bandas a excepción de unas pocas, entre las que se puede mencionar a Soda Stereo, uno de los mejores grupos de habla hispana que desde su disco debut homónimo se superó siempre con el siguiente sorprendiendo a su público.
Cuando el trío de rock argentino más popular lanzaba su sexto álbum de estudio «Dynamo», un 26 de octubre de 1992, fue algo resistido al comienzo porque había un marcado cambio y nuevo rumbo musical. Sin embargo, el tiempo puso las cosas en su lugar y, hoy por hoy, Dynamo es considerado como uno de los mejores discos de Soda Stereo. Y fue el músico Daniel Melero “el culpable” del sonido de esa producción discográfica, a punto tal de ser considerado “El cuarto soda”.
El álbum mostró un vuelco total hacia un estilo de rock mucho más alternativo y menos masivo, popular y comercial, que el que Soda venía siguiendo en los últimos años de esa época. Si bien es un disco de shoegaze, principalmente, también tiene influencias de variados géneros relacionados con la movida alternativa, tales como la neopsicodelia, el alternative dance, rock experimental, noise pop, dream pop, madchester, entre otros.
Doce canciones que se caracterizan por elaboradas composiciones en cuanto lo lírico y musical, algunas con mayor carga rítmica, otras con más potencia, pero en líneas generales, se destacan los prolijos arreglos, y la inevitable influencia de Daniel Melero. La privilegiada voz de Gustavo Cerati se lució en cada tema y el aporte de los diversos sonidos logrados con su particular forma de tocar la guitarra, y ser el autor de casi todas las canciones de Dynamo, hacen que no sea casual que fuera el líder natural del grupo, acompañado de la destreza y precisión del bajista Zeta Bossio y el tempo perfecto del batero Charly Alberti, con su inigualable estilo y experiencia en los parches.
Dynamo no es un disco de «hits», eso claro está, pero es un álbum de antología y de referencia en la rica historia discográfica de Soda Stereo y del Rock Nacional. Es también considerado una obra maestra debido a lo adelantado que estuvo a su época: décadas después de su lanzamiento, el rock a nivel global continuaba teniendo un sonido como el de Dynamo.