El filósofo Darío Sztajnszrajber y la periodista Soledad Barruti, ambos también escritores, presentan en Rosario «Rectal de mitos»,  una obra donde las canciones son reemplazadas por mitos ancestrales que se van sucediendo uno tras otro, a través del vívido relato de los interlocutores.

En diálogo con Conclusión, Soledad Barruti afirma que la gente parece haber perdido la imaginación. «Se perdió reimaginar otros destinos y caer siempre en los mismos lugares comunes, al estar pendientes todo el tiempo de nuestros aparatos móviles. Eso imposibilita tener experiencias de vida reales».

_ ¿Cómo se preparan para la presentación en Rosario?

_ Estamos muy contentos de cerrar este espectáculo allá ya que es la última presentación del año. Tenemos muchas expectativas de encontrarnos con la gente en este momento tan especial y tan difícil. Es el espectáculo es una invitación a exorcizar el año entre historias, con una propuesta disruptiva.

_ ¿Lo que buscan con el espectáculo es una recuperación de lo cotidiano?

_ Lo que recupera es la necesidad de recuperarnos, esto es detenernos para realizar una exploración interna y para pensar lo que verdaderamente nos está sujetando. Qué es lo que perdimos una conexión con la naturaleza, qué es lo que perdimos cuando se nos fue la posibilidad tener lugares para la reflexión colectiva; nos aventuramos a pensar lo perdido para pensarlo desde lo micro y también desde lo macro. Qué es esto de que la libertad fue como “secuestrada”, como un concepto de odio, que lo único que hace es cercenar las libertades posibles. Lo que hacemos es romper con lo binario a través de las historias, y cada vez que los nombras se produce un reencantamiento de esos temas, ya que lo hacemos desde un lugar nuevo.

– ¿Cómo lo toma el público?

– Es espectacular porque la gente de repente se da cuenta que necesita hacer esa catarsis colectiva, de reírnos y el exorcismo pasa por animarnos a las emociones de una manera inesperada.

– ¿Notan que hay como una crisis a la hora de comunicarnos entre las personas?

_ Hay una sociedad que dejó de entenderse alrededor de historias. Tomamos un concepto de que se dejaron de contar historias para pasar a postear historias. Eso es algo que excede las edades, habla de una época de lo impermanente, de lo efímero; y también de las pocas raíces que nos quedan. Las historias nos encuentran en un mundo enraizado como una forma de ancestralidad que nos une como humanidad, y que nos da un montón de herramientas que, cuando desaparecen las historias, también desaparecen. Es como que las historias tuvieran la magia de la vida y, al desaparecer, el mundo se desencanta. Nosotros apostamos a recuperar esas historias, con esos personajes, con esas ideas, con esas formas tan disruptivas que tenían los antiguos, los clásicos, para presentar nuevas formas del presente; y aventurarnos a otras ideas del futuro. Las historias son como una caja de herramientas que nos rescatan de lo que nos convertimos, que es una repetición constante de lo mismo.

_ ¿Crees que esa falta de comunicación se debe al uso de las redes sociales?

_ Dejamos de tener experiencial a tener invenciones de lo que nos gustaría, armando con distintos filtros. En este caso el filtro es el recorte mínimo de la realidad que hago, la apreciación que tengo de mi mismo, el aspiracional que busco; y todo eso es lo que nos va dejando carentes de tener experiencias.

 

“Recital de mitos” se presenta este jueves 21 de noviembre a las 20:30, en el Teatro El Círculo.