En época de crisis como la que vive el país actualmente, motorizada por un recesión económica que pulveriza los salarios y deteriora el poder de compra, la labor de los comedores populares y merenderos se acrecienta, redoblando esfuerzos para poder abastecer a sectores sociales cada vez más amplios, que se tuvieron que volcar inevitablemente a estas opciones por el retrocesos en sus condiciones de vida.

Es en ese sentido que se destaca la tarea que viene desempeñando hace tiempo el comedor Los Nietos, ubicado en Campbell y Espinoza, en la zona oeste de Rosario. Día a día, las trabajadoras del espacio dan todo de si para llegar a satisfacer la alta demanda de comida por parte de los vecinos de la zona y personas de otros distritos de la ciudad, urgidas en la necesidad de satisfacer una necesidad básica, elemental para la supervivencia, como es el acceso a los alimentos.

Para profundizar sobre esto, en diálogo con Conclusión, María del Carmen, integrante del comedor, explicó que «hace 35 años empezamos con mi esposo en una huerta comunitaria, en barrio Las Flores. El terreno fue tomado y se formó este barrio, donde le dieron las casitas de Las Flores. Los trasladaron acá».

«Ahí empezamos con una copa de leche, un comedor, porque hay una demanda muy grande, en medio de una crisis total. Empezamos con 1.500 raciones y hoy llegamos a 3.500″, agregó.

«Hay gente esperando desde las 7.30, haciendo cola para recibir su ración. Hago la comida, la leche y la merienda los miércoles, jueves y viernes», detalló sobre su modalidad de trabajo.

«La Provincia nos da una tarjeta adicional, que nos permite comprar mercadería y, con base en eso, nos dan un 20% para comprar carne. Hacemos lo posible para que la gente se lleve un poco de todo», informó sobre la ayuda por parte del Gobierno de Santa Fe.

«Por ahí nos da lástima decirle a la gente que no nos alcanza, pero nunca se van con las manos vacías. Siempre les damos algo: galletitas, leche, aceite, azúcar, lo que haya», especificó sobre una realidad que también los afecta.

En torno a la polémica por los comedores a nivel nacional, instalada por el gobierno de Javier Milei en relación al rol de los mismos, dijo: «No voy a entrar en detalles políticos. La Provincia y la Municipalidad hicieron un relevamiento de personas. Presentamos a las autoridades de ambos un listado firmado por la gente que viene a retirar comida».

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«No alcanza lo que nos está dando el Municipio, que son $60.000 para la compra de insumos. De ellos no recibimos mercadería», se lamentó y aprovechó para recordarle al Gobierno local.

«Acá trabajamos ocho personas, pertenecientes al plan Potenciar Trabajo. También hacemos las bolsas navideñas y pollo por las Fiestas», añadió sobre el comedor y las tipos de funciones que abarca.

El ejemplo de Los Nietos sirve para ilustrar como, cuando la mano viene complicada, siempre reluce el espíritu solidario y comprometido de los más humildes, que se unen en una auténtica muestra de amor genuino por el otro, reforzando los valores que hacen a una nación fuerte: un pueblo con capacidad de empatía, capaz de poner la oreja, escuchar y aportar su granito de arena ahí donde la emergencia está, desde el lugar que puede.