(CNN) -- Finalmente se confirmó el secreto peor guardado en Kyiv: el hombre que dirigió las fuerzas armadas de Ucrania durante dos años ya no ocupa el puesto.
El presidente Volodymyr Zelensky sustituyó el jueves al general Valerii Zaluzhnyi tras 10 días de rumores y especulaciones, y meses de una relación deteriorada.
El anuncio se produce en un momento crítico de la guerra con Rusia y es probable que anticipe un cambio en la estrategia ucraniana. Pero también es peligroso.
La destitución de Zaluzhnyi de su cargo de comandante en jefe se produce cuando las unidades ucranianas están en desventaja en varias partes de la larga línea del frente, especialmente en las regiones orientales de Donetsk y Járkov. Están desesperadamente escasos de proyectiles y otras municiones y faltos de soldados experimentados.
La maquinaria bélica rusa funciona a toda máquina y dispone de una reserva de hombres mucho mayor que la ucraniana para reponer sus filas. Rusia está eludiendo las sanciones internacionales y sus ingresos gracias al petróleo ayudan a financiar el abundante gasto de guerra.
Escasez en el frente
En medio de los persistentes ataques rusos en torno a Avdiivka y Kupyansk, "la primera prioridad es asegurarse que se puede mantener la actual línea de contacto", afirma Schmidt.
"La debilidad táctica de Putin no significa que no pueda matar a miles de sus soldados en un intento de tomar trozos significativos de territorio. Cualquier nuevo jefe de Estado Mayor tiene que respetar ese riesgo", añade.
Las unidades de primera línea en varias zonas vulnerables dijeron a CNN en las últimas semanas que a menudo sufrían una escasez crónica de munición, en particular de proyectiles de artillería occidentales de 155 mm. En una posición de artillería, las tropas fueron reabastecidas con proyectiles de humo después de agotar su munición de alto poder explosivo, dijeron.
"Es mejor que no tener proyectiles", dijo un soldado.
Númericamente inferiores
Los efectivos de Rusia son al menos tres veces superiores a los de Ucrania. Budanov declaró a CNN que las fuerzas rusas en territorio ucraniano y sus inmediaciones "constan de 510.000 militare".
Las unidades más profesionales de Ucrania están agotadas por dos años de combate ininterrumpido y sus filas menguadas por las bajas. Ucrania no publica cifras, pero funcionarios estadounidenses estiman que hasta 70.000 soldados ucranianos han muerto y casi el doble han resultado heridos.
La escala y la velocidad de la movilización adicional en Ucrania es una cuestión política espinosa, y una de las fuentes de las desavenencias entre Zelensky y Zaluzhnyi, quien dijo que el ejército necesitaba otro medio millón de soldados y criticó "las lagunas en nuestra legislación que permiten a los ciudadanos eludir sus responsabilidades".
En una columna para CNN la semana pasada, Zaluzhnyi dijo: "Debemos reconocer la importante ventaja de que disfruta el enemigo en la movilización de recursos humanos y cómo se compara eso con la incapacidad de las instituciones estatales de Ucrania para mejorar los niveles de dotación de nuestras fuerzas armadas sin recurrir a medidas impopulares".
Sistemas no tripulados
Zaluzhnyi ha sostenido insistentemente que, dada la mayor dotación de mano de obra y blindados de Rusia, Ucrania necesita un cambio radical en su tecnología del campo de batalla: drones más sofisticados y otros sistemas no tripulados proporcionarían inteligencia en tiempo real e información precisa sobre objetivos, por ejemplo.
En su reciente ensayo, Zaluzhnyi sugería que acelerar este tipo de inversiones, así como adoptar la tecnología cibernética, podría producir resultados en cinco meses.
El tiempo apremia. El ejército ruso sigue cometiendo errores, pero está aprendiendo y adaptándose, especialmente en la explotación de drones de ataque y reconocimiento y en la guerra electrónica.
Budanov declaró a CNN que los rusos han llevado a cabo "lo que ustedes llaman 'lecciones aprendidas' y han sacado sus propias conclusiones... El número de sistemas no tripulados de todo tipo, incluidos los basados en tierra y demás, ha aumentado significativamente".
Soldados ucranianos que defienden los cielos en torno a la capital, Kyiv, dijeron a CNN que los rusos estaban desplegando nuevos camuflajes, rutas de vuelo engañosas e innovaciones de ingeniería para hacer que sus drones y misiles fueran más difíciles de derribar.
El ejército ruso también ha explotado la tecnología de planeo para lanzar bombas aéreas con mayor precisión, una de las razones por las que la ofensiva ucraniana en el sur fracasó el verano pasado.
En pocas palabras, Ucrania necesita ampliar la brecha tecnológica, como reconoció Zelensky en su discurso al anunciar el cambio de liderazgo. Su industria nacional de drones, en rápida expansión, será fundamental en ese esfuerzo y ya está dando resultados.
Los drones en primera persona, o "FPV", desplegados en la zona de Avdiivka han tenido un efecto devastador en los intentos rusos de cercar la ciudad, infligiendo grandes pérdidas a tanques y vehículos de munición. El teniente general Serhii Naiev, comandante de las Fuerzas Conjuntas de Ucrania, afirma que son un "medio mucho más barato, pero no menos eficaz, de destruir equipos y personal enemigos que los sistemas de misiles antitanque y la munición de artillería".
La introducción de los F-16, prevista como muy pronto para esta primavera, debería erosionar la ventaja de los rusos en los cielos, pero el objetivo declarado por Zaluzhnyi de lograr una superioridad aérea absoluta que permita a Ucrania pasar a la ofensiva parece una perspectiva lejana. La integración de los nuevos aviones de combate en una estrategia de batalla global será una tarea crítica para Syrskyi.
Un área en la que los ucranianos han tenido éxito en los últimos meses es en la ampliación de sus ataques contra la infraestructura militar rusa, los enlaces de transporte y las refinerías en lugares tan lejanos como San Petersburgo y el Extremo Oriente ruso.
El reciente ataque con drones o UAV (vehículos aéreos no tripulados) contra una refinería en Volgogrado fue la última victoria de una serie de ataques selectivos.
Más significativo aún, y a pesar de no tener prácticamente armada propia, las operaciones especiales dirigidas por Budanov y el Servicio de Seguridad (SBU) han "permitido a Ucrania mantener la Flota rusa del mar Negro en puerto (...) destruyendo además múltiples emplazamientos de defensa antiaérea y municiones en Crimea", según el Instituto Naval de Estados Unidos.
Ucrania ha sido pionera en el desarrollo de drones marítimos para derribar varios buques de guerra de la Flota del mar Negro. Los drones aéreos, los misiles y las operaciones de sabotaje han perturbado al menos la logística rusa.
"Tienen que interceptar las líneas de suministro de Rusia en Ucrania y hacer que el público ruso sienta la guerra en su vida cotidiana. Si Putin tiene que mover recursos para proteger su retaguardia, eso significa menos con lo que pasar al ataque", en opinión de Schmidt.
Llenar unos zapatos grandesEn el último año, la sensación de optimismo entre los aliados de Ucrania y los comandantes de primera línea ha dado paso a un estado de ánimo más sombrío, como ha reconocido Zelensky. En diciembre, Zaluzhnyi hizo una sombría valoración: "Lo más probable es que no se produzca un avance profundo y hermoso", un comentario que no le granjeó la simpatía de la presidencia.
El agotamiento en casa, las disputas entre aliados (la UE frente a Hungría) y la parálisis del Congreso de EE.UU. se han sumado a lo que es un panorama sombrío. Mientras tanto, el presidente Vladimir Putin se ha visto animado por la posibilidad de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca.
Llenar los zapatos de Zaluzhnyi no será fácil.
Mick Ryan, un general australiano retirado que ha visitado Ucrania y se ha reunido con altos cargos, lo describe como un "líder militar carismático y popular que se anticipó y preparó en las semanas previas a la invasión rusa a gran escala".
"Es una figura heroica, devaluar sus logros es imposible", declaró a CNN un soldado que combatía en Zaporizhzhia.
Syrskyi tiene sus propios logros, especialmente la defensa de Kyiv en los primeros días y la ofensiva relámpago que recuperó franjas de Járkov en septiembre de 2022.
Pero el conflicto ha cambiado enormemente desde entonces.
En el futuro inmediato, los dirigentes ucranianos deben mostrar unidad tras lo que ha sido un cambio desordenado. Myhailo Podolyak, asesor de la oficina del presidente, afirmó que "durante una guerra, la competición política, especialmente a nivel del ejército, los generales y los políticos, no tiene muy buena pinta".
Inculcar un nuevo sentido de propósito es tanto más importante cuando Ucrania se enfrenta a una ventana de vulnerabilidad.
En palabras de Matthew Schmidt, Putin "puede arrojar cuerpos sobre el enemigo, utilizando la cantidad rusa para superar la calidad ucraniana. Es un enfoque muy estalinista del campo de batalla, y está integrado en la cultura estratégica rusa".