El cantor popular interpretó sus tradicionales canciones que hablan del amor y una "Galopera" que puso nervioso a más de un político en el Anfiteatro Cocomarola. Con su estilo alegre y desenfadado, hizo bailar a todo el público de la sexta noche.
Si hay un estilo que se cruza a la vereda de enfrente en comparación a la línea artística de todos los números que a diario pasan por el Anfiteatro "Mario del Tránsito Cocomarola", es la música de José Ramírez (56), más conocido como "Tallarín" Ramírez, o simplemente "Talla". Con su conjunto, "Espuelas del Litoral", llegó en el cierre de la sexta luna chamamecera y en 12 minutos despachó su repertorio, que incluye canciones que hablan del desamor y una "Galopera" que guarda un mensaje de crítica socio-política.
A pocos días de cumplir años (nació el 23 de enero de 1965 en el paraje Aguirre Cué, en la sexta sección de San Luis del Palmar), llegó al escenario "Sosa Cordero" con el entusiasmo y la alegría que lo caracterizan para levantar a un público que se quedó hasta el final y quería seguir bailando.
Con Espuelas del Litoral comenzó en el 2000, pero sus primeros pasos los dio en el mítico conjunto "Espuelas de Plata", a principios de la década del ‘90, siempre desempeñándose en voz y guitarra. Entre ambos grupos, lleva editados 30 discos.
"Es difícil volver a agarrar el ritmo. La pandemia nos cortó las manos a todos los chameceros y la mayoría de mis amigos, que viven de la música, la pasaron muy mal. En mí caso particular, siempre ayudo a mi economía con alguna changa", contó a época, Tallarín, quien también trabaja como albañil y herrero.
Entre los nuevos temas, grabados bajo el sello Abraham Helu, que llevó para la ocasión, se destacaron "Le entró agua a mi canoa" y "El Cononavirus", una versión de "El Burro" adaptada al contexto epidemiológico. "Por medio de los shows en reuniones familiares, tomo contacto con la gente y me cuentan sus historias. Después les voy poniendo música y letra para que tengan sentido", dijo el cantautor que todos los días se levanta a las 6 de la mañana y , mate de por medio, ensaya sus canciones.
"Mi estilo de chamamé es bien tarragocero, con letras jocosas y para matarse de risa", calificó. "Mi guaina, el Pata y yo"; "Por culpa del Facebook"; "Por tu culpa cambié mi chip" y "Qué despelote mi vida" son algunos de los temas clásicos. Sus trabajos musicales se caracterizan por exhibir dramas personales, que generalmente tienen que ver con desacuerdos amorosos.
Se trata de canciones sencillas, que hablan de la vida cotidiana de las personas de barrio. Y el resultado es muy bueno. Su música hace bailar, despierta alegría y logra una identificación del público con estas historias. A la hora de interpretar sus temas, Tallarín siempre ríe. Él sabe que está haciendo algo distinto y disfruta ver que la gente lo acompaña. Incluso, antes de su presentación, el solo anuncio de su presencia, por parte de los conductores Raúl Báez y Silvia Ferreira, despertó sapucays, aplausos y gritos entre el público.
Pero no todo es humor en la vida del músico, también le gusta escuchar a "Los Hijos de Los Barrios" y a Eulogio "Tilo" Escobar. Incluso, el rock es su segundo género favorito y coloca a Metallica (banda de trash metal norteamericana) entre los máximos referentes.
Para el final de su presentación dejó la tradicional "Galopera", con críticas a la situación económica y la clase político-dirigencial de los argentinos. Lamentablemente, la transmisión oficial de la Fiesta Grande omitió esta parte ¿Coincidencia? Época