La suba llega hasta un 50% más en las nuevas facturaciones que empezaron a ser distribuidas en la jornada de ayer. La empresa concesionaria (Aguas de Corrientes) notificó al Estado provincial del incremento el pasado 8 de octubre, por nota informó que subiría solamente el 20%.
Amarga sorpresa para miles de correntinos que ayer recibieron en sus domicilios, también comerciantes, las nuevas facturaciones del servicio de agua potable por parte de la firma concesionaria Aguas de Corrientes S.A.
Los nuevos valores treparon hasta un 50% en el caso de domicilios particulares; comercios es mucho más.
Este tarifazo en medio de la escalada de contagios de coronavirus en la provincia de Corrientes y puntualmente en la Capital, va a contramano del Decreto Nacional de Necesidad y Urgencia (DNU) 620/2020 emitido por el Presidente, Alberto Fernández el pasado 12 de marzo cuando se instrumentó el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (Aspo).
En dicha medida se estableció el congelamiento de tarifas en servicios esenciales y públicos, algo que el pasado 20 de junio se extendió a servicios de telecomunicaciones: internet, telefonía móvil y hasta plataformas de entretenimiento.
En Corrientes el servicio de agua potable es privado desde mediados de los años noventa, pero no deja de ser un servicio esencial para la población. Mucho más en contexto pandémico y con elevadas temperaturas en lo que será un verano intenso.
Aguas de Corrientes comunicó el pasado 8 de octubre, de manera formal, al ente regulador Administración Obras Sanitarias de Corrientes (AOSC) que ejecutaría el aumento de tarifas.
Incluso, recuerda que dicho aumento debería haberlo concretado en mayo pasado pero que la AOSC le había solicitado por nota, que suspendiera dicho aumento. La empresa informa sobre un incremento del 20% pero en las facturas supera el 50% de suba.
La capital correntina es uno de los distritos más pobres del nordeste argentino, según los datos oficiales del Indec supera el 40% de la población por debajo de la línea de pobreza. Solamente en el distrito capitalino. Sin embargo, el costo de sus servicios esenciales son los de una ciudad del primer mundo.