La semana que pasó se cerró con declaraciones de Colombi en distintos medios de Capital, asegurando que en los próximos días habrá anuncios salariales, y esta buena noticia para todos los estatales tiene su fundamental explicación en la respuesta concreta ante un peligro inminente.

 

Es que al cerrado esquema oficial de no atender las urgencias del bolsillo de los correntinos, hay algo que empieza a preocuparles y mucho: el creciente malestar policial.

 

Las bases empezaron a movilizarse, y aunque los muchos medios amigos evitaron darle espacios a la noticia, el enojo fue creciendo a punto tal de comenzar reuniones y asambleas informales donde los agentes empezaron a delinear acciones concretas.

 

La insensibilidad del Gobierno en materia salarial les permite hacer ‘oídos sordos’ a las quejas de médicos, o de personal de IOSCor, o de maestros. Pero son absolutamente conscientes de lo que les depararía una Policía en rebeldía, que ya hizo temblar la estructura del olvidable gobierno de Arturo Colombi.

 

Los tiempos cambian, y las herramientas de acción son otras, pero una Policía enojada y en rebeldía originaría insospechados frentes de conflicto, con mucha incertidumbre en materia social.

 

A tal punto llegó el enojo de las bases por la falta de respuestas que comenzaron a circular versiones falsas de renuncias de la cúpula policial. Éstas versiones se viralizaron con particularidades de las nuevas tecnologías: las noticias estaban armadas como si realmente fueron publicadas en los principales medios informáticos de Corrientes.

 

Esa bronca había que pararla, y se eligió el camino obvio: esta semana habrá un anuncio salarial.

 

Ahora se verá si éste responde a las expectativas del conjunto de empleados estatales, y sobre todo a la Policía, estructura de particulares características que siempre tiene fundamentos para discutir y evaluar, pero nunca son atendidos ante la imposibilidad de instrumentar paros.

 

Las cartas están echadas, y el enojo aumenta.