Así lo expresó el monseñor Andrés Stanovnik, al analizar la reciente campaña electoral por las elecciones en Capital.

 

“Espero que cuando se habló de guerra se habló de una manera figurada, de una contienda fuerte, no es feliz la expresión, creo que tenemos que tener pensamientos y gestos de paz, no es poco utilizar la palabra guerra” subrayó, en referencia a la palabra utilizada por Colombi para graficar la campaña

 

“Enviamos una propuesta de reflexión sobe el importante acontecimiento cívico, recordamos que es una escuela, para los candidatos y ciudadanos, para que enseñen con la palabra y el ejemplo porque se exponen ante la ciudad. Esperábamos una campaña transparente, respetuosa, para consolidar los valores de la democracia y la convivencia pacífica, promoviendo la amistad entre todos”, sostuvo.





“Relativamente, en algunos hay mayor consciencia de lo que se ha firmado, en otros menos, sobre estos temas como lucha contra pobreza y exclusión, generación del empleo digno, combate contra el narcotráfico, por educación, y otros”, mencionó.





“Uno quisiera ver una discusión que lleve al consenso para la aplicación de políticas de Estado al respecto”, señaló.





“Nos preocupaba que mucha gente pierde la fe en la posibilidad de que algo cambie, es un síntoma alarmante, inquieta escuchar este acto eleccionario como una mera formalidad, cambiará el nombre de algunos funcionaros pero da la impresión a la ciudadanía de que todo será igual. Yo remarco no perder la esperanza de que otra forma de hacer política es posible”, consideró.





“Hay que ir a votar y después el compromiso de la conducta, de participación, acompañar procesos de cambio que anhelamos”, indicó.





“El hecho de decir que todos somos responsables no es una metáfora, es una realidad, somos responsables de nuestra conducta diaria, de quien tiene una función política y de quien no”,destacó.



Se siente cansado





“Me siento reiterativo, es un poco la misión nuestra, tenemos que recordar permanentemente cuál es el camino correcto, cuál es la palabra sana, orientadora, con actitud de humildad para cambiar de rumbo”, sostuvo.





Políticos no lo escuchan





“Algo de eso puede haber” cerró el Arzobispo de Corrientes.