Boca no quiere tener paz. Pasan las horas y el club que alcanzó dos de los tres objetivos que hubo en el período de un año (Superliga y Copa Diego Maradona), respira con la misma tensión que habría si las manos estuvieran vacías. La guerra está declarada. El tsunami que generó los cortocircuitos de los últimos días entre el plantel y el Consejo de Fútbol del club obliga a poner en guardia a jugadores a los que por estos días les gustaría navegar en aguas más tranquilas, ya que tienen una relación agradable con los exfutbolistas que manejan el área. Sí, el campeón sumó un nuevo capítulo de una crisis innecesaria. Y la serie viene para rato. Con Miguel Russo en el medio de los tironeos.
Cada cruce que aparece deriva siempre en la necesidad de reaccionar del otro lado con algo que moleste al otro. Ya hay pruebas de sobra, aunque -por las dudas- hay una nueva sobre la mesa. Y es que tras la reunión del sábado en el vestuario del Complejo Pompilio, en la que se hicieron presentes Jorge Bermúdez, Raúl Cascini y Marcelo Delgado, los laderos de Juan Román Riquelme, para que principalmente el colombiano mire a los ojos a Carlos Tevez y le ofrezca disculpas por todo aquello que dijo -y ratificó hace unas semanas- alrededor de la negociación por su renovación (en junio lo tildó de "ex jugador" y estratega político), ayer por la mañana se viralizó un audio reciente del Patrón hablando nuevamente sobre el capitán y sus "claras intenciones" junto a Daniel Angelici. Entonces.
Al parecer, había que responder. Y fuerte. Eso sí: tan solo se produjo el plan del contraataque. La cuestión es que luego de la práctica y el almuerzo del jueves, todos los jugadores se encerraron en la concentración que llevan a cabo en el Hotel Intercontinental como parte de la pretemporada y habrían acordado pedir un nuevo encuentro con el Consejo de Fútbol en el cual Riquelme esté presente. ¿Por y para qué? Plantarse ante ellos y exigir que no vuelvan a ocurrir situaciones incómodas para el grupo como las que se dieron con Guillermo Fernández y Julio Buffarini: a Pol lo apartaron dos meses antes de terminar el vínculo cuando comunicó su decisión de no renovar el préstamo ("Riquelme me llamó y me dijo 'Si querés no vayas más'", reveló el volante), mientras que apenas el lateral derecho desestimó la última oferta de renovación de contrato, a seis meses de terminar su relación laboral con el club, un comunicado oficial informó que no seguiría.
"Incluso, dicen que, entre los ejemplos, hicieron mención del conflicto que hubo con Almendra. Y están equivocados porque el chico fue el que no quería venir a entrenar", se sorprenden desde el Consejo ante la consulta de La Nación. Y es que, literalmente, todo el club se enteró de la reunión a través de la prensa. Incluido Miguel Ángel Russo, que cerca de la medianoche habría recibido la decisión en un encuentro privado con tres referentes del plantel (serían Tevez, Carlos Izquierdoz y Ramón Ábila), en la que además se habría buscado ponerlo contra las cuerdas para saber en qué vereda está parado el entrenador. Con la prudencia que lo caracteriza, Russo se habría desligado de acompañar a unos o a otros: sólo desea que la pesadilla se termine y todos tiren para el mismo lado.
Porque puede haber más, claro. Primero, se verá si los encargados del fútbol de la institución boquense acceden al pedido de una reunión que los jugadores consideran fundamental para que las cosas queden todavía más claras. Y, segundo, no se descarta una medida fuerte en caso de que un integrante del plantel sea protagonista de algún comunicado o bien de la separación del grupo por no arreglar la continuidad: según trasciende por estas horas, los más experimentados quieren hacerles saber a los ídolos que, en ese caso, podrían resistirse a entrenarse en apoyo a ese eventual compañero en conflicto.
Carlos Tevez hoy cumple 37 años. Es difícil imaginar que su cabeza esté puesta sólo en disfrutar de un nuevo festejo. Él, también muy responsable de esta interna feroz, encabeza un grupo que tiene en su mayoría de soldados la intención de que el equipo no se sienta afectado en plenas competencias por los cortocircuitos que puedan potenciarse con el Consejo de Fútbol. ¿Cómo será el próximo capítulo?