Es de Perogrullo que el gobierno de Javier Milei utiliza la estigmatización de los espacios del Estado vinculados al debate de ideas, a la ciencia y a la investigación, para intentar anular el pensamiento crítico y la búsqueda de verdades que permitan la evolución constante de nuestra sociedad y nuestra soberanía. Todo deberá ser virtual y superfluo, o no será. Y lo hace utilizando el desfinanciamiento para desaparecerlos, acusándolos de vagos, ñoquis o lava cerebros. Bajo esas falsas premisas, el Conicet tiene todos los números comprados.
La Gerencia de Recursos Humanos del Consejo Nacional comenzó a llamar a los diferentes directores del interior del país para pedirles una lista con nombres y cantidades puntuales del personal para desvincularlos. A este desguace lento pero certero, se suma la preocupación de los investigadores que ya concursaron para ingresar este año y que no tienen ninguna respuesta, mucho menos, certezas. Es un colectivo de 850 personas aproximadamente que lograron ingresar a carrera de investigación, es decir, a planta permanente, luego de ocho años de becas dentro del organismos sin aportes ni aguinaldo. En un documento que elaboraron, explican la situación actual de becario e ingresantes: “El gobierno sólo autorizó menos de la mitad de las becas prometidas, lo que implica un brutal recorte al ejercicio del año”, y agrega “a quienes se les termina la beca posdoctoral (este año o el próximo) y ya fuimos seleccionados para ingresar a carrera, tampoco tenemos asegurada nuestra beca para continuar nuestros proyectos hasta tanto estén los trámites de alta”.
En términos generales, el 80% de los trámites de ingresantes se encuentran frenados en los primeros pasos del trámite, y solamente el 13% se encuentra aprobado. Solo el 2% se encuentra frenado en el último paso, con lo cual el 98% se encuentra en total incertidumbre.
Habitualmente, entre el momento en el que se publican los resultados de los concursos y se hace la toma efectiva del cargo, pueden pasar entre seis meses y un año. Hasta ahora, el organismo garantizaba a través de prórrogas y becas extraordinarias, la continuidad laboral de las personas seleccionadas, hasta tanto se efectivice el cargo.
“Resulta apremiante que se agilice la aprobación de los trámites de alta de los ingresantes, que nuestros ingresos se hagan efectivos y que se reabra la posibilidad de solicitar la beca posdoctoral extraordinaria para los ingresantes que se quedan sin trabajo a la brevedad por culminación de sus becas o contratos en otras instituciones científicas. Nuestra demanda es la de la recomposición de la malla de previsibilidad de nuestra carrera como científicos, la cual aporta, y seguirá aportando, en la construcción de una ciencia soberana”, continúa el documento.
Una encuesta realizada sobre 438 investigadores seleccionados en las convocatorias 2021 y 2022 que se encuentran aún pendientes de hacer efectiva su toma de posesión del cargo muestra que, aunque existen situaciones muy diversas, todos se encuentran en una suerte de limbo en relación a su continuidad laboral. En este sentido, el 21 de diciembre de 2023, el directorio de CONICET resolvió no otorgar nuevas becas posdoctorales extraordinarias dejando fuera del sistema a personas que llevan alrededor de ocho años dentro del organismo. Estas becas postdoctorales extraordinarias, cumplían la función de darle continuidad económica a aquellos que ganaron el concurso de ingreso. El resultado directo de esta medida es que actualmente al menos 16 personas que ganaron el concurso de ingreso se encuentran sin sustento económico de ningún tipo, y al menos otras 20, lo harán en el transcurso del año. En este mero resumen, queda en evidencia el quiebre en la trayectoria científica en todos los niveles de formación y una vulneración de la fuente laboral.
El documento señala que “luego de tantos años de dedicación y formación, hoy no tenemos información precisa sobre cuándo se concretarán nuestras altas. Todo el proceso que conlleva la toma del cargo concursado sucede a través de una plataforma virtual, donde dicho trámite pasa por cinco instancias, pasando por CONICET y por la subsecretaría de Desarrollo y Modernización del Empleo Público. Muchos de estos puestos concursados en 2021 y 2022 han quedado estancados en las primeras instancias, pero la situación más destacable y a la que todos más tememos refiere a aquellos que fueron seleccionados en el Concurso CIC 2021, y que por razones extraordinarias (Maternidad, licencias por enfermedad, estadías de formación en el extranjero, entre otras) no pudieron iniciar sus actividades como investigador durante el año 2023”.
Todos los casos aprobados y finalizados que iniciaban en 2024 retrocedieron a estadios anteriores a pesar de tener fecha asignada de inicio de trabajo. Estas personas comenzaron sus tareas como investigadores el 1 de enero o el 1 de febrero de 2024, y recibieron luego una comunicación que informaba que “el organismo no está autorizado a incorporar personal”, y por lo tanto no fueron incorporados y cobraron un estipendio como becarios. “Más allá de lo paradójico y ridículo que parece esta situación, es el primer indicio claro que pone de manifiesto el peligro en el que se encuentran los ingresos al organismo, dejando en evidencia que hay una orden explícita de no permitir que se lleven a cabo los ingresos de los cargos ya concursados”, dicen los concursados.
“En este horizonte amplio inscribimos nuestras demandas y hacemos eco de la carta mencionada: Sin una infraestructura para la ciencia, un país desciende a la indefensión y la vulnerabilidad. Sin desarrollar su propia tecnología para avanzar ni capacitar a las personas o desarrollar la infraestructura necesaria para el conocimiento científico y tecnológico de otros a los problemas regionales, nacionales y locales, ¿en qué situación quedaría Argentina?”, concluye el comunicado.