Mauro era padre de tres niños y era el sustento principal de su familia en el momento que fue asesinado por un grupo de personas en Rosario.
Mauro Augusto Villamil fue asesinado a tiros mientras salía de una verdulería por un grupo de personas sin identificar. Había ido para hacer las compras para un asado que estaba organizando con sus compañeros de trabajo.
Esta tragedia ocurrió en la tarde del miércoles 3 de mayo en la calle Gutiérrez al 1300, en el barrio Tiro Suizo, situado en la zona sur de la provincia de Rosario.
En tan solo cinco meses, Mauro Villamil se convirtió en la persona número 104 que pierde la vida por la extrema violencia que se vive en esta ciudad santafesina. Además, en este tiroteo resultaron gravemente heridas tres empleadas de la verdulería a la que fue el fallecido.
Los investigadores revelaron los testimonios de las personas que se encontraban allí, que indicaban que el hombre acababa de comprar en “La Vieja Esquina”, verdulería local. En este lugar, fue alcanzado por los disparos realizados por un hombre desconocido que iba caminando junto a dos cómplices poco después de salir del local.
Se reportó que los causantes de esta muerte y de las tres empleadas heridas huyeron en un auto que los estaba esperando para que puedan escapar de la escena del crimen.
Los especialistas están intentando determinar si los disparos, que también alcanzaron a las casas cercanas de la verdulería, estaban dirigidos específicamente al local, en el cual tenía más de diez clientes.
Quién era Mauro Villamil, el hombre asesinado en Rosario
Mauro, de 36 años, fue asesinado brutalmente en las puertas de una verdulería. El hombre era padre de tres chicos y era empleado en una estación de servicio de la zona.
“Estamos todos consternados, sorprendidos, en shock. No quedó otra que venir a trabajar, poner la mejor cara ante los clientes, pero es un momento muy duro”, relató Pablo, un compañero de trabajo de Villamil.
Por último, agregó: “Habíamos organizado un asado con los compañeros. Mauro había comprado todas las cosas y faltaba nada más que las verduras para la ensalada. Y luego íbamos a la casa de otro compañero para empezar a cocinar y pasó lo que pasó. Vivía a dos o tres cuadras de esa verdulería y era cliente de ahí”.