Política

Trámite parlamentario

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A días de la renovación parlamentaria el proceso político provincial ingresa a una nueva etapa. Comienzan a desandarse los últimos dos años del gobierno de Domingo Peppo y la estrella del Frente Chaco Merece Más ya no brilla con la intensidad de los últimos diez años. La nueva composición de la Legislatura es precisamente una muestra de ello.

De esos tiempos en los que la llama parece comenzar a apagarse es la deuda que el gobernador de la provincia tiene sobre la renovación de su gabinete. En general los cambios serán más bien enroques obligados. Habrá un puñado de dirigentes que quedarán sin sus bancas por la modificación en la Cámara de Diputados y habrá algunos cargos en el Ejecutivo que quedarán vacantes por aquellos cuatro que deben asumir como diputados.

Sobre todo esto, la alianza Peppo-Gustavo Martínez (el único que se atrevió a pedir la reelección del actual gobernador) terminará confirmándose con la continuidad de Eli Cuesta como presidente de la Cámara por otros dos años.

En su actual situación Peppo no puede prescindir de Martínez. Debilitar aún más la gestión impactaría además sobre los intendentes del PJ, varios de ellos ya lo saben por las derrotas que también sufrieron en la última elección legislativa.

Así, el nuevo equipo que conforme el primer mandatario provincial no parece tener ver con alguna posibilidad de asimilación del resultado del 22 de octubre. Porque para hacerlo más complejo, el reclamo social no parece coincidir con las emergencias político-personales del gobernador. Por el contrario, el Pacto Fiscal al que adhirió el Chaco sin chistar sólo demuestra que la provincia no quiere o no puede escapar al disciplinamiento impuesto por el gobierno, pese a que se jugó a favor de las cuentas nacionales y de la provincia de Buenos Aires, en desmedro del resto de las jurisdicciones –incluida la nuestra- y del conjunto de los jubilados –incluidos los nuestros-.

A la dramática situación del Chaco la respuesta ha sido más ajuste. Pero si la renovación parlamentaria enfrenta un serio desafío, lo será aún más la próxima sesión con la composición actual de la Cámara de Diputados.

Prácticamente a todo o nada el Ejecutivo se juega la sanción del presupuesto 2018 junto con un endeudamiento de unos 3.800 millones de pesos destinados a solventar el déficit del presente ejercicio.

De aprobarse, la provincia estaría tomando deuda ya por casi el 30 por ciento de un presupuesto anual –sólo por capital-, aunque es cierto que todavía están pendientes de hacerse líquido los últimos 6 mil millones de pesos autorizados en abril de este año.

Aún sin ello, el gobierno de Peppo espera lograr la nueva autorización. Será el tercer fuerte endeudamiento que coincide con el tercer año de su gobierno. Sólo basta advertir que si el segundo préstamo no fue tomado, se debió a las altas tasas que debe pagarse en el mercado, razón por la cual la Nación no autoriza nuevas colocaciones del Chaco. Cuando ocurra, tampoco serán intereses menores.

La política de endeudamiento que encaró la Nación cuando asumió el gobierno de Mauricio Macri, con acompañamiento del Congreso y de los gobernadores –entre ellos Peppo- viene colocando a la Argentina en una situación muy delicada. Lo advierten no sólo economistas más cercanos al gobierno anterior. Pero también los de la más extrema ortodoxia como José Luis Espert “cómo te vas a endeudar todos los años en 35 mil millones de dólares, no los va a poder pagar Argentina si sigue así. Los bancos argentinos tienen títulos de la deuda argentina, que te crees que van a hacer los bancos cuando el estado no le pague el crédito que tienen, no le van a pagar los depósitos a la gente porque no tienen cómo… entonces esto que está haciendo Macri es absolutamente irresponsable”.

La trayectoria es insostenible y a ella es la que se han plegado los gobernadores no sólo en el acta que firmaron durante la ausencia de Domingo Peppo por su excursión europea, sino que fue ratificada por los gobernadores en el Congreso, al que también esquivó el gobernador y envió al ministro Cristian Ocampo.

Así como antes había enviado a Daniel Capitanich, la ausencia de Peppo no es oposición a los ajustes del presidente Macri. El gobernador prefiere poner la cara en temas más triviales como los tatuajes de los policías, pero termina de sentarse en los lugares donde está el debate más caliente. Allí donde Alberto Rodríguez Saá, gobernador de San Luis le dijo al resto de sus pares que el acuerdo firmado es ruinoso para las provincias.

El impacto del ajuste se verá también en la reconstrucción de las últimas dos ciudades afectadas por el cambio climático. Presidencia de la Plaza y Pampa Almirón, como lo fue hace unos días Las Palmas necesitarán obras de infraestructura de inmediato para la reconstrucción de un gobierno que no ha licitado ninguna obra de viviendas desde que comenzó en diciembre de 2015.

Es probable que al ritmo de la política en Argentina plantarse al estilo San Luis tenga consecuencias. Pero también hemos presenciado los resultados del alineamiento incondicional desde que asumieron Mauricio Macri y Domingo Peppo y prácticamente no hay diferencias.

La oposición tendrá que atender su propio juego. La principal, Cambiemos, deberá resolver en pocas horas una posición, más que sobre el presupuesto sobre el nuevo endeudamiento. Es probable que la permanente zalamería que el gobierno provincial le dispensa al representante del PRO Luis Obeid le permita sumar un voto a los dos tercios del total que hacen falta. Pero es insuficiente.

Dependiendo del diputado del Frente Grande, Daniel Trabalón, cuyo partido viene desnudando las permanentes contradicciones no sólo de la gestión de Domingo Peppo y la de Mauricio Macri, no alcanzaría tampoco un posible voto del radical Sergio Vallejos. El resto del bloque radical no parece mejor dispuesto. De hecho, la diputada Irene Dumrauf acaba de denunciar penalmente irregularidades en obras de pavimento urbano de las gestiones de Jorge Capitanich, pero también a la de Domingo Peppo, y entre ellos a ex funcionarios que pertenecen al Frente Grande.

Dentro del bloque oficial además, deben resolverse algunas cuestiones, fundamentalmente quién lo presidirá, tomando en cuenta la reelección de Carim Peche y la próxima llegada de Leandro Zdero.

Y a esto debe sumarse la incógnita que representa por el momento, la asunción del diputado del Partido Obrero, Aurelio Díaz, su voto no será uno más cuando de tomar un crédito se trate.

Si el presupuesto no y el nuevo crédito no sale esta semana, quedará ya para el tratamiento en el año que viene. Y después de diciembre comenzará a jugarse el 2019 y eso, es otro partido. 

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