Octubre es un mes clave para los peronistas que enraízan con firmeza sus conductas para afrontar este escenario cargado de dilemas y preocupaciones. No es para menos. El momento político, económico e institucional que vive el país ha llevado incertidumbre a todos los hogares argentinos. Nadie sabe dónde rumbear, y quienes dirigen la República se entretienen haciendo de las suyas en el griterío propio de este reality irresponsable.
Es precisamente la realidad que se oculta con oficio, para que no salga a luz la verdad, lo que nos mantiene en vilo como sociedad, lo que nos concentra, y lo que atañe fundamentalmente a los que ocupamos el espacio opositor.
Si las noticias son malas para el país, desde hace mucho tiempo son peores para nuestra provincia. Con índices de pobreza alarmantes y un esquema de gobierno que se eterniza hace dos décadas, la desazón reina para quienes deben emigrar buscando mejor futuro por falta de oportunidades. Un panorama más que preocupante. No sirven las promesas cuando las necesidades del pueblo son acuciantes.
Y así arrancamos este octubre. Sin espacios de diálogo siquiera para esbozar ideas que nos encuentren a todos los correntinos. Al contrario, con discurso único el oficialismo se impone duramente con la ventaja de mediática y el tendencioso protagonismo judicial ampliando grietas como una mala réplica del esquema nacional. No es una novedad, aunque si cada vez más grave para las instituciones republicanas.
En estado de las cosas los peronistas nos damos la oportunidad de volver a los orígenes cada año haciendo especial este tiempo. Porque cuando más arrecia el temporal la unión nos fortalece en el legado de nuestra historia y nuestra doctrina. Volvemos a casa. Con sus recuerdos amistosos y esa enorme carga de esperanzas por cumplir. El dato no es menor porque se produce un punto de reinicio. Un nuevo tiempo y una nueva oportunidad.
El 17 nos veremos todos los compañeros en una remozada casa partidaria para estrechar filas. Es imprescindible asistir. No hay margen para distracciones. Tenemos la obligación de reorganizar un partido que convoque a todos los luchadores de Perón y Evita, para ser capaces de convocar a los mejores correntinos para levantar nuestra provincia en un proyecto alternativo. Hay que poner hombres probos y leales en esa construcción y con ese sentido, dando protagonismo a todos los sectores con nuevas y mejores prácticas.
Convoquemos esperanzados a transitar este nuevo tiempo.