El pedido de asistencia de parte de los empresarios del transporte escolar continuó con una nueva manifestación pacífica frente a la Casa de Gobierno ayer por la mañana.

El reclamo es el mismo: encontrar una solución que permita al rubro, altamente golpeado por la pandemia, salir del estado de emergencia en el que se encuentra.

La semana pasada presentaron un petitorio dirigido al Gobierno de Corrientes en el que solicitaron una ayuda económica equivalente al salario mínimo, que es de $21.600.

En diálogo con El Litoral, Pedro Abbas, integrante de la Asociación de Transportes Escolares y Afines de Corrientes (Ateac), explicó que el reclamo es el mismo: “Encontrar una solución rápida al problema que aqueja a cientos de trabajadores afectados por la pandemia y la falta de demanda”.

Detalló además que, tras la caravana a las 9 de la mañana, tuvieron contacto con el subsecretario de Promoción de Iniciativa Privada y Gestión Administrativa del Gobierno de Corrientes, Raúl Nicolini, quien se encargará de comunicarle la nueva edición del pedido de asistencia al gobernador Gustavo Valdés.

“Entendemos que no es una respuesta de sí o no y se deben considerar múltiples factores, pero estamos a la espera de que todo se encamine de manera positiva”, indicó Abbas.

Crisis del sector

La pandemia por el coronavirus provocó enormes perjuicios económicos en gran parte de los sectores productivos privados, que se vieron obligados a reconvertirse para sobrevivir, en tanto que otros terminaron en la quiebra y algunos, como el de transporte escolar, intentan permanecer por todos los medios posibles.

Por ello sector solicitó asistencia financiera equivalente a un salario mínimo vital y móvil, para cada transportista habilitado, que asciende a la suma de $21.600.

Luego de un más año de parálisis de la actividad y menos de dos meses del inicio del ciclo lectivo, solo 45 combis que trasladan alumnos pudieron continuar trabajando.

La última vez que los choferes trabajaron a pleno fue en el mes de noviembre del 2019, con la finalización del ciclo lectivo que no arrancó nuevamente hasta marzo del 2021, por lo que el rubro tuvo 15 meses sin trabajar ni percibir ingresos mensuales.

Actualmente, cada “colectivito” trabaja al 10% de su capacidad, para asegurar la distancia de los escolares transportados, medida que no es precisamente adecuada para incrementar sus ingresos.

Además, la presencialidad cada 15 días llevó a numerosas familias a prescindir del servicio.

El sector recibió una ayuda económica de $15.000 durante los meses de abril, junio y octubre del 2020 y febrero del 2021.

“Somos familias que estamos acostumbrados a trabajar y no a pedir. Sin embargo, esta situación nos ha superado, son muchos meses sin trabajar lo que implica cero ingreso, que más allá de que lo económico repercute en nuestra salud emocional, ya que le volvemos a repetir tenemos la cultura del trabajo y no de la asistencia política”, expresaron en el petitorio presentado la semana pasada.

Los transportistas, en un relevamiento realizado por ellos mismos, indicaron que antes de la pandemia, a fines del 2019, había un registro de 70 combis escolares y ahora son solo 45.

El parate del 2020 fue el “empujón” para que algunos dejen definitivamente el sector. La falta de recaudación, sumada a las constantes subas de los combustibles, hizo que muchos abandonaran el rubro.