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Trump acusa a Kamala Harris y los demócratas de incitar al odio y provocar los atentados

Dos intentos de asesinato en una sola campaña, con apenas nueve semanas de por medio, son prueba, para Donald Trump , de algo para él irrefutable: Joe Biden, Kamala Harris y el resto de demócratas «incitan al odio en su contra», y hay quienes se ven envalentonados para tomar represalias. Así lo expresó Trump este lunes en una entrevista, al referirse a William Routh, el hombre que intentó dispararle el domingo: «Creyó en la retórica de Biden y Harris, y actuó en consecuencia. Su retórica está provocando que me disparen, cuando yo soy quien va a salvar al país, y ellos son quienes están destruyendo el país - tanto desde adentro como desde afuera.»No hay duda, por sus acciones, de que los republicanos creen que este segundo intento de asesinato contra Trump puede suponer un nuevo punto de inflexión en una campaña repleta de altibajos: el declive de Biden , el fracaso de este en el primer debate, el primer intento de asesinato, la retirada del presidente y la reinvención de Harris tras años de impopularidad y fracasos en asuntos cruciales como la reforma migratoria.Minutos después de que el supuesto agresor fuera detenido, la campaña de Trump difundió varios mensajes afirmando que el candidato estaba bien y que «no se rendiría jamás». «No van a poder conmigo», decía Trump en uno de esos correos. En otro, en que el equipo republicano instaba a sus seguidores a hacer donaciones a la campaña, Trump afirmaba: « Hubo disparos cerca de mí , pero antes de que los rumores empiecen a descontrolarse, quería que supieras esto primero: ¡ESTOY SEGURO Y BIEN! ¡Nada me detendrá! ¡NUNCA ME RENDIRÉ!».Noticia Relacionada estandar No Donald Trump sobrevive al segundo intento de asesinato David Alandete | corresponsal en Washington Se le incauta a un tirador un rifle de asalto y una cámara de grabación, en las inmediaciones de la mansión del candidato republicano en Palm BeachEmpate técnicoEs pronto aún para determinar si este intento de asesinato va a tener un efecto decisivo en las encuestas. Tras unos meses de bonanza, Trump quedó la semana pasada en empate con Harris, sobre todo tras el debate del día 10. Tras el primer intento, el del 13 de julio, en que el candidato fue herido en una oreja, se disparó en intención de voto, y llegó con una distancia abismal sobre Biden al congreso en que su partido le aclamó. En esta ocasión, además, el detenido, Ryan Wesley Routh , era un duro crítico de Trump que hasta llegó a publicar un libro el año pasado en el que instaba a Irán a matar al candidato.Según las pesquisas, en abundantes entradas en redes sociales, Routh defendía a Ucrania y criticaba a Trump por considerarlo defensor de Rusia. Se definía como patriota, y posaba en abundantes fotos con camisetas y chaquetas con la bandera americana. Llegó a decir que quería ir a Ucrania a morir por ese país y, en una ocasión, hasta planteó que Afganistán enviara a soldados a Ucrania para la defensa ante Rusia.El FBI, policía judicial, lleva ahora las pesquisas. En una primera comparecencia ante el juez en Florida, la fiscalía le imputó dos delitos por tenencia de armas, pero la instrucción solo acaba de empezar. Routh fue detenido mientras se daba a la fuga, pero dejó atrás, junto al club de golf de Trump, dos mochilas, una cámara y un fusil de grado militar AK-47. Fuentes de la investigación afirmaron este lunes que un teléfono registrado a su nombre se conectó a una antena cercana al club de golf hasta 12 horas antes de que fuera detectado por los agentes del Servicio Secreto y se diera a la fuga.El personal policial continúa investigando el área alrededor del Trump International Golf Club AFPLos agentes del Servicio Secreto vieron a Routh, quien fue identificado por un testigo, cuando asomaba el cañón de su fusil por unos matorrales a unos 450 metros de los hoyos a los que se dirigía Trump. Este fue evacuado a un lugar seguro, y su vida no corrió peligro.El Servicio Secreto, que presta protección a los candidatos, ha reforzado la seguridad de Trump tras el intento de asesinato del 13 de julio. En aquella ocasión, el asaltante murió tras dispararle a Trump, y de momento nada se sabe de sus razones, aunque era votante republicano y no dejó nada escrito en redes sociales o entre sus enseres sobre la política o las elecciones.Routh fue detenido en apenas 45 minutos, a las 14:15 hora local de Florida. No opuso resistencia. Entonces comenzó a emerger en redes sociales su perfil: el de un demócrata convencido con abundantes mensajes a favor de Biden y Harris, y dado a criticar a Trump en términos hiperbólicos, como cuando le acusó de «querer esclavizar de nuevo a parte de la población norteamericana».Ryan W. Routh, sospechoso de intentar asesinar a Donald Trump , comparece ante un tribunal federal donde fue acusado de dos delitos relacionados con armas de fuego ReutersNo es en absoluto común que un candidato padezca dos intentos de asesinato en una misma campaña electoral, en especial después de haber salvado la vida por la mínima en el primer intento. Aunque el Servicio Secreto pudo evitar el ataque, ahora los fiscales investigan cómo Routh, que tenía un largo historial de detenciones, pudo hacerse con un fusil de asalto y llegar con él hasta la puerta misma del campo de golf en que Trump se deja ver muy frecuentemente.Tras el primer intento de asesinato, dimitió la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle. Pero las investigaciones sobre ese cuerpo policial no han tocado a su fin. Se trata de una fuerza que protege al presidente, a los candidatos y a diplomáticos, y que tiene en su haber fallos clamorosos, a veces catastróficos, como el asesinato de John F. Kennedy y los ataques a Ronald Reagan y a Harry Truman. Cuando en 2011 un tipo armado disparó a la Casa Blanca, tratando de herir a Obama, los agentes lo trataron como el resultado involuntario de una reyerta, hasta que descubrieron que los tiros habían alcanzado una pared de la residencia presidencial.Ahora Biden ha instado al fiscal general, que ejerce de ministro de Justicia, a que ponga todos los recursos necesarios en investigar el incidente y en asegurarse de que el supuesto agresor rinde cuentas. Trump, sin embargo, no culpó al Servicio Secreto, sino al «discurso de odio de los comunistas» y el hecho de que el país, dijo, «esté siendo tomado por inmigrantes ilegales con problemas mentales.» En un mensaje en redes sociales propuso solucionar ese problema, como ya ha hecho en el pasado, con deportaciones masivas.

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