Decenas de millones de estadounidenses depositarán este martes su voto por Donald Trump en las presidenciales de EE.UU. Pero el único del que el magnate tendrá la más absoluta certeza es el que él mismo formalizará en un colegio electoral de West Palm Beach, en el sur de Florida, donde el expresidente de EE.UU. planea pasar la que podría ser la noche más tensa de la historia política reciente de la primera potencia mundial.La residencia de Trump está en Mar-a-Lago, la mansión y club privado de estilo español que adquirió en los años ochenta y que en su presidencia convirtió en la \'Casa Blanca de invierno\'.Su colegio electoral es el Morton and Barbara Mandel Recreation Center , un centro comunitario donde se espera que este martes Trump se presente en persona para votar. La decisión de acudir en persona a depositar su voto es una forma de reforzar el mensaje que ha repetido en los últimos días sobre supuesto fraude electoral (en la anterior elección, votó en persona de forma anticipada y en primarias votó por correo, a pesar de que ha denostado esta forma de voto).Noticia Relacionada estandar Si Trump, desatado en el final de campaña: no le «importaría mucho» si disparan a la prensa Javier Ansorena | Nueva York El expresidente dice que no debería haber abandonado la Casa Blanca en enero de 2021 pese a haber perdido las elecciones de noviembre del año anteriorPocas horas antes de ello, Trump seguía haciendo campaña a miles de kilómetros de allí, en Grand Rapids, en el decisivo estado de Michigan . «Juntos salvaremos a este país»; dijo a miles de seguidores, entrada ya la madrugada del martes, después de una jornada maratoniana de cierre de campaña. El expresidente, de 78 años, dio mítines en Carolina del Norte, Pensilvania y este último estado, donde cerró también sus campañas en su victoria de 2016 -en el mismo Grand Rapids- y en su derrota de 2020.Pese a las muchas horas al micrófono, con la voz cascada, Trump dio un discurso largo, trufado de sus habituales digresiones, en los que repasó los temas centrales de su campaña -la economía, la inmigración masiva de indocumentados- y exigió a su seguidores que fueran a las urnas.«Estamos muy bien, vamos por delante por cientos de miles de votos», aseguró, sin dejar claro a qué se refería, ya que el recuento no comienza hasta la noche del martes. «Pero hay que fingir como si estuviéramos empatados», añadió sobre la situación que describen las encuestas.En ese mitin, al igual que ha hecho en los últimos días, Trump dejó entrever las dudas de que el recuento le regale un regreso triunfal a la Casa Blanca . En un contexto de empate técnico en la mayoría de encuestas y la misma semana en la que ha aparecido una encuesta prestigiosa que da la victoria a Harris en Iowa, un estado que el republicano debería ganar con facilidad (Trump calificó a la encuesta de «fake»), el expresidente buscó preparar una ofensiva con acusaciones de robo electoral si pierde la elección. Una repetición de las acusaciones de 2020 -ni los tribunales ni las propias autoridades republicanas encontraron evidencias de fraude masivo que cambiara el signo de la elección- que culminaron con el asalto violento y bochornoso al Capitolio.Trump denunció que solo cree en los votos del día de la elección -aunque su campaña ha celebrado los grandes números que han obtenido este año en voto anticipado en persona y por correo-, que quiere que haya resultados a las once de la noche de hoy-algo que sabe que es muy difícil, excepto en el caso de una victoria abultada de uno de los candidatos, y las encuestas apuntan a un resultado muy ajustado- y que ampliar las horas de votación en Pensilvania -algo por lo que ha pelado su partido- es fraudulento. «¡Quiero una respuesta esta misma noche!», exigió sobre los resultados desde Míchigan.«A todo el mundo le da miedo hablar de esto, te acusan de ser un conspiracionista», dijo en una de esas intervenciones anteriores. «Y después te quieren mandar a la cárcel. A los que deberían encerrar son aquellos que hacen trampas en esas elecciones horribles que ocurren en nuestro país», añadió Trump , que ha dicho que solo aceptará resultados que él considere «justos» y ha dicho que la única posibilidad de que él pierda es que los demócratas «hagan trampa». En Míchigan, aseguró que las máquinas de votaciones «se manipulan muy fácil».Eric Trump y Donald Trump Jr. (derecha) observan mientras su padre habla durante un mitin de campaña AFPDurante todo el lunes, Trump se desplegó en cuatro mítines en esos tres estados. Una estrategia muy diferente a la de su rival, Kamala Harris , que dedicó todos sus esfuerzos a Pensilvania, considerado el estado más decisivo, sobre todo para ella: es difícil que consiga las llaves de la Casa Blanca sin ganar en él.Es difícil adivinar pistas sobre estas estrategias tan opuestas: ¿busca Harris asegurarse Pensilvania porque sabe que es su única vía posible a la victoria? ¿Trump necesita desplegarse porque tiene más ambición o porque cree que necesita ganar en más estados? Su presencia en Carolina del Norte podía ser una indicación de que necesita esfuerzos adicionales en un estado que no ha perdido en sus dos anteriores candidaturas a la presidencia. El de ayer en Raleigh era el cuarto mitin de Trump en este estado decisivo desde el viernes.En los últimos días, Trump ha endurecido un poco más su mensaje, lo que añade tensión a la recta final de una de las campañas electorales más tensas de la historia. Durante el fin de semana, por ejemplo, abandonó el guión -como es habitual en él- y se puso a hablar de la pantalla de cristal protector que le acompaña en sus mítines desde el intento de asesinato que sufrió en julio en la localidad de Butler, en ese mismo estado.«Para alcanzarme, alguien debería disparar a través de los medios \'fake\'», dijo señalando a los camarógrafos y reporteros que seguían su discurso subidos a una plataforma, enfrente del expresidente. «Y no me importaría mucho, no me importaría, no me importaría», dijo mientras su seguidores reían el comentario.En otro momento, Trump dijo que no debería haber abandonado la Casa Blanca en enero de 2021 pese a haber perdido las elecciones de noviembre del año anterior. «Teníamos la mejor frontera, la frontera más segura el día que me fui»; dijo en un pasaje sobre un asunto que es una de sus mejores bazas, el caos migratorio que ha sufrido la Administración de Biden y de su rival, Kamala Harris. «No me tenía que haber ido. De verdad, porque lo hicimos muy bien».El lunes, desde Carolina del Norte, se centró en uno de los asuntos que más le benefician en la elección: la inmigración masiva. Prometió que impondrá aranceles del 25% a todos los productos que EE.UU. importa de México si el país vecino no impide que crucen la frontera. «Va a funcionar al 100%. Porque si no funciona, los subiré al 50%. Y si eso no funciona, al 75%. Y para los tipos duros, lo llevaré hasta el 100%», dijo.También acusó, faltando a la verdad, a FEMA, la agencia federal de emergencias, de «gastarse todo su dinero trayendo a inmigrantes ilegales». Carolina del Norte fue el estado más afectado por el paso del huracán Helene este otoño.Una hombre sostiene un cartel que dice «armad a los niños» afuera del lugar donde se espera que Trump realice un mitin, en Pittsburgh, Pensilvania ReutersTrump cerró su último mitin pasadas las dos de la mañana del martes, una hora en la que en Míchigan la gente lleva muchas horas durmiendo. «Viene la elección en horas y no les vamos a dejar destruir nuestro país»; dijo a sus seguidores. Si gana, será su último mitin como candidato presidencial, ya que la constitución solo permite un máximo de dos mandatos. «Os quiero, os quiero mucho, que Dios os bendiga, que Dios bendiga América», dijo antes de bailar por última vez en esta campaña la canción \'Y.M.C.A.\', de Village People.Unas horas después, el expresidente tenía previsto comparecer en un centro de convenciones de West Palm Beach , donde su campaña celebra una fiesta de noche electoral y desde donde ofrecerá su reacción a los primeros resultados. En función de lo que digan las urnas, podría ser el comienzo de nuevas turbulencias.