Internacionales

Trump contra Occidente

La segunda presidencia trumpista ha empezado con tanta saña que casi se echa de menos su primer mandato, en el que no tenía planes tan claros y disruptivos, y no controlaba bien los resortes del poder. Donald Trump está poniendo a prueba la democracia estadounidense, a través de la expansión y la privatización del poder ejecutivo, y acelerando la destrucción de un orden internacional frágil pero todavía basado en normas.La decisión de recompensar a Vladímir Putin tras haber invadido Ucrania ha hecho saltar por los aires la relación transatlántica reconstruida por Joe Biden. Trump ha comprado toda la propaganda y la desinformación rusa sobre la guerra, no sabemos si por ignorancia o simplemente para obtener ventajas económicas a corto plazo. Ya no es un hombre de negocios pragmático con el que llegar a acuerdos. Se ha convertido en el heredero del populista Andrew Jackson y del imperialista William McKinley, un cóctel ideológico letal al que añade una dosis de tecno-optimismo darwinista.Hoy en día es mucho más difícil ser aliado que rival de Washington. La tentación europea puede ser la de dar alas a un nacionalismo continental alentado por el antiamericanismo. Pero sería un error: el proyecto de integración solo es valioso si conserva su aspiración cosmopolita, que pone límites a las identidades colectivas fuertes. La tarea de la Unión y sus Estados en los próximos años es defender los valores occidentales, que comparten con millones de ciudadanos de otros países. Un 45% de los estadounidenses desaprueban las decisiones de su presidente en las primeras semanas. Una mayoría no quiere guerras comerciales con Canadá, México y Europa, ni tampoco dar poder a Elon Musk , plagado de conflictos de intereses.Noticia Relacionada estandar Si Trump rompe la tradición: fulmina al jefe del Estado Mayor y purga la cúpula del ejército Javier Ansorena | Corresponsal en Nueva York Otros cinco miembros de la cúpula militar han caído en medio de una cruzada por limpiar el Pentágono y el ejército de cualquier atisbo de políticas de DEI (diversidad, equidad, inclusión)Es posible que las elecciones legislativas dentro de dos años, junto con los jueces y los mercados, pongan coto a las peores decisiones de Trump y lo conviertan en un pato cojo. Mientras tanto, a los europeos les toca buscar acomodos, negociar todo lo que se pueda con Washington, desarrollar capacidades en seguridad y defensa y fortalecer su economía. La pregunta sobre el liderazgo es, sobre todo, una distracción.

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