La Casa Blanca ha anunciado en una rueda de prensa que otorgará una exención de un mes a los tres principales fabricantes de automóviles que operan bajo el tratado de libre comercio con Canadá y México antes de la entrada en vigor de los nuevos aranceles recíprocos el próximo 2 de abril. Stellantis , Ford y General Motors, que solicitaron directamente una reunión con la administración, obtendrán este margen de adaptación para los vehículos importados bajo el tratado comercial con México y Canadá.Según Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, la medida busca garantizar una «transición ordenada» antes de la implementación de la política de aranceles recíprocos, aunque dejó claro que la Administración mantiene su compromiso con la nueva estrategia proteccionista impulsada por el presidente Trump .Noticia Relacionada estandar Si La estrella emergente demócrata responde a Trump: «Reagan se revuelve en su tumba» D. Alandete | Corresponsal en Washington La senadora de Michigan Elissa Slotkin, que fue analista de la CIA, es la elegida para la réplica oficial a TrumpEsta decisión refleja dos realidades. Primero, que la Casa Blanca, a pesar de su discurso de firmeza en los aranceles, está dispuesta a negociar ciertas flexibilidades con la industria antes de aplicar plenamente sus medidas comerciales. Segundo, que las grandes automotrices están preocupadas por el impacto inmediato de los aranceles y han presionado directamente a la administración para obtener este respiro.El aplazamiento no implica una marcha atrás en la política de Trump, dice su portavoz, sino una maniobra para evitar un choque inmediato con un sector clave para la economía estadounidense. La industria automotriz, especialmente en el Medio Oeste, es fundamental tanto en términos de empleo como de impacto electoral. Los fabricantes buscan evitar interrupciones en su cadena de suministro y aumentos de costos que podrían trasladarse a los consumidores.A pesar de esta concesión, la administración reconoce que los aranceles tendrán consecuencias. Karoline Leavitt admitió en su rueda de prensa que habrá efectos negativos, algo que va en sintonía con el discurso del presidente Trump en el Capitolio, el martes, cuando afirmó que habría un periodo de adaptación. Su mensaje dejó claro el trasfondo político de la medida: «Al presidente le gustan los aranceles porque hacen a América más rica, aumentarán la recaudación y bajarán la deuda. Quien esté preocupado en Wall Street que mire los resultados de su primer mandato.»