El presidente de Estados Unidos insistió con su hipótesis de fraude y dijo que el Partido Demócrata está intentando "robar la elección". "No hubo una ola azul sino una ola roja", agregó.
"No hubo una ola azul sino una ola roja", agregó el mandatario en referencia a los colores que identifican a los partidos Demócrata y Republicano, en una esperada declaración desde la Casa Blanca, en la que también destacó que su partido retuvo el Senado.
Asimismo, el mandatario admitió hace instantes que puede perder el estado de Georgia, tradicional bastión republicano, lo que acercaría mucho más a la victoria a su rival demócrata en las elecciones presidenciales, Joe Biden.
"Arranque ganando por mucho y ahora parece que puedo terminar abajo por un poco", admitió el mandatario, en un tono menos enfático del que suele utilizar, a la vez que afirmó que "están tratando de robar, de manipular la elección y no lo podemos permitir".
Al mismo tiempo, volvió a mostrarse confiado respecto al resultado final, pese a las proyecciones que ubican a Biden a pasos de la Casa Blanca: "Vamos a ganar la elección fácilmente, hay muchos litigios...quizás termine en la mayor Corte de esta tierra", aseguró el candidato republicano en alusión a la Corte Suprema de Justicia, que tiene una marcada mayoría conservadora.